El hecho ocurrió en la década del 80 en la ciudad de Pilar, cuando supuestamente un sacerdote de nombre Atilio Cordioli habría actuado de gestor para que Enrica Locatelli (recién nacida) sea entregada a una pareja italiana.
La mujer se enteró de que era oriunda de Paraguay cuando su madre adoptiva le confesó en su lecho de muerte que ella era adoptada y que busque a su familia en la ciudad de Pilar.
Una vez conocida la historia, inició la búsqueda hacia Latinoamérica pidiendo ayuda mediante las redes sociales. La misma logró contactar con José Domingo Benítez, quien según dijo la historia coincidía con lo de Enrica Locatelli.
Posteriormente se hicieron la prueba de ADN, el primero salió negativo. No confiaron en el resultado y creyeron que fueron adulteradas las pruebas. Los mismos resolvieron hacer una segunda vez para corroborar el resultado.
Esta vez en forma discreta, una pareja paraguaya, que vive en Italia se encargó en llevar los mechones de cabellos de José Domingo y su hermana Lucía hasta el laboratorio. Esta vez la prueba salió positivo y la mujer y su familia estallaron de alegría.
En la tarde del lunes, Enrica Locatelli, en contacto via Zoom dio a conocer el resultado de la pruebas desde Italia. En Pilar una veintena de personas acompañaban a la familia de José Domingo en su casa para escuchar el resultado. El marido de Enrica dijo que las pruebas dieron como resultado positivo.
José Domingo Benítez lloró de alegría y dijo que él siempre estaba seguro que ella era su hermana por toda las características que presentaba, comentó emocionado.
Enrica Locatelli, prometió empacar maletas y volar con su familia a Paraguay para visitar y conocer a sus hermanos. La misma anunció, que hará una denuncia penal en contra del sacerdote Atilio Cordioli por el tráfico ilegal de bebés en la época de la dictadura.