Los mayores precios internacionales de los commodities y el clima más favorable que se está teniendo en la presente temporada no podrán tener el impacto económico espectacular como se hubiese querido, sino que en el mejor de los casos se podrá lograr solo una moderada recuperación del sector productivo, pronosticó el gerente de la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod), Blas Cristaldo, en su evaluación por Fin de Año.
Señaló que el agro viene sufriendo tres años de adversidades de diversa índole: sequías consecutivas en el Chaco que impactaron sobre la hacienda; sequías y heladas estratégicamente ocurridas en el año, que en la región Oriental afectaron fuertemente la producción de maíz zafriña y el trigo. Igualmente, mencionó como contrapesos el aumento de los costos del flete por causa de la crisis logística mundial, de la suba del petróleo y de las dificultades para las exportaciones por la vía fluvial, debido a la bajante histórica de caudal de agua de los ríos Paraguay y Paraná.
Entonces, en el balance de los productores cooperativos, con las pérdidas en maíz y trigo, que en general tuvieron mermas del 50%, con los altos precios de la carne y la soja, podrán lograr la recuperación y al final tener números positivos.
Respecto al sector lácteo, mencionó que el mismo sufrió especialmente los efectos de la sequía, por la escasez de forraje y el incremento de precio del maíz, además de la presión del contrabando. Pero a pesar de todo eso, aunque no en la proporción que venía haciendo, podrá crecer este año mínimamente.
Comentó que el sector lácteo de nuestro país mantiene una sostenida expansión en los últimos años a diferencia de la mayor parte de los países productores que tuvieron retracción en el rubro.
“El afianzamiento de la exportación de la leche en polvo es un factor clave para el crecimiento de la producción láctea de nuestro país y es fruto de la inversión cooperativa en un 100%”, manifestó.
Sin embargo, indicó que la producción láctea es una de las más afectadas por el contrabando, aunque los más castigados por este flagelo son los pequeños productores frutihortícolas.
Persisten temores
Cristaldo insistió en que desde el sector agro cooperativo se tiene un optimismo moderado con relación a la reactivación económica, porque a pesar de las mejores perspectivas productivas para la carne y la soja, persisten los temores sanitarios, el contrabando masivo de diversos rubros, la inflación, los problemas de la navegabilidad de los ríos, entre otros factores adversos.
“La solución para el país no es solo reactivar la economía y salir del covid-19, sino sobre todo se necesita avanzar en la racionalización del gasto público, por la exagerada cantidad de ministerios, secretarías, autarquías y entes públicos que agrandan cada vez más los gastos rígidos y la burocracia”, señaló.
Igualmente, mencionó que las cooperativas de producción están funcionando como motores fundamentales para el desarrollo regional en diversas zonas del país, generando inclusión proporcional a pequeños productores campesinos, los cuales cerca de 30.000 están dentro de sus cadenas productivas.
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