Caacupé: durante el Ángelus, Mons. Valenzuela instó a luchar contra el egoísmo, el poder y los privilegios

CAACUPÉ. El Obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, presidió el rezo del Ángelus exactamente al mediodía como todos los años. En la ocasión exhortó a todos los presentes a luchar contra el egoísmo que genera atracción hacía el dinero hasta el punto de llegar a matar a alguien. También se refirió respecto al abuso de poder y a los privilegios que hieren los sentimientos de muchos.

Fotos Caacupe De Gladys Villalba <gladys.villalba@abc.com.py> Destinatario interior <interior@abc.com.py>, Foto <foto@abc.com.py> Fecha 28-11-2021 14:52abc color
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Minutos antes que comenzara el rezo del Ángelus una torrencial lluvia cayó en la ciudad. A pesar de la inclemencia del tiempo, exactamente al mediodía y ante la explosión de fuegos artificiales, se dio inicio oficialmente a la festividad en home-naje a la Virgen de Caacupé.

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La celebración fue presidida por el obispo, monseñor Ricardo Valenzuela, quien reflexionó sobre tres aspectos que el cristiano debe poner en práctica. Primero se refirió a la práctica del evangelio a todas las naciones, segundo es el perdón de los pecados y el tercero ser testigos del Señor.

Valenzuela, manifestó que la vida cristiana no es aceptar pasivamente todo lo que está pasando a nuestro alrededor. “Además de creer, tenemos que hacer, debemos actuar, debemos movernos. Esa la doctrina que Dios nos entregó. Amar al prójimo. No lo olvidemos”, aconsejó. Dijo también que todos “llevamos un enemigo contra el cual luchar”.

“Es el egoísmo. Ese amor desmedido hacia las cosas. Ahí está por ejemplo el dinero. Vemos cuántos robos y matanzas hay por dinero. El dinero es lo que nos mata. Todos los días escuchamos en las noticias que se roban poquito y que se roban miles de millones y además matan. El dinero nos mata. El demonio ya entró e hizo volar a muchos corazones”, reflexionó el obispo.

Otra reflexión se trató sobre el abuso del poder. “El poder. Hay mucha gente loca por el poder. Demasiado quiere tener autoridad. Quiere mandar. El poder desmedido. Y juega con los sentimientos de todos, incluso de los casados y casadas”, asintió Valenzuela.

Por último, se manifestó sobre los privilegios. “Estos son esos pecados contra los cuales debemos luchar pero con mucha fuerza, con toda la fuerza que tenemos. Porque esto nos lleva a olvidarnos de nosotros mismos y que somos personas que debemos retribuirle a Dios lo que es de él. Una actitud importante es corregir nuestro camino”, señaló.

Las palabras mueven pero el ejemplo arrastra

El monseñor Valenzuela manifestó además que “las palabras mueven pero que e ejemplo arrastra”.

“Debemos dar testimonio de este amor (hacía Jesús) hasta el extremo, hasta el último aliento. El testimonio de vida es lo que hace crecer. Cuando vemos hijos educados, hijos que cumplen con sus deberes, hijos obedientes. ¿Dónde aprendieron? ¿En los libros? Mirando, observándoles a sus padres. Lo que piensa papá y mamá. Lo que dicen y lo que hacen papá y mamá. Esto quiere decir testimonio. Todo se ve. Entonces el arma secreto que hizo crecer el cristianismo en medio de un ambiente tan hostil, de calumnias, difamaciones y persecuciones, es el testimonio. Y eso es lo que nos hace falta, por eso somos débiles”, expresó el obispo de Caacupé.

Finalmente, manifestó que actualmente existen en la casa, en la calle, en el vecindario, a muchas personas que se quejan constantemente, llena de ira, gente que tiene en sus manos el maltrato.

“Gente que quiere humillar y que dice groserías, que insulta. Gente que amenaza. Gente que usa la violencia. Y gente que crea esto nuevo que se llama sicariato. Gente contratada para matar personas. El sicariato quita la vida y hace presencia del infierno entre nosotros y finalmente la muerte. Esto es un gran reto para nosotros. Lo dijo Jesús, sean santos”, dijo.

Por último se procedió al rezo del Avemaría y finalmente bendijo a los presentes. Luego de la celebración los devotos formaron una larga fila para poder ingresar al templo para venerar a la Virgen de Caacupé.

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