Un verdadero gesto altruista del ciudadano sanantoniano, ingeniero Marcos Andino, quien abrió el camino y la esperanza a cientos de niños y niñas con capacidad diferente, con la construcción de un consultorio de fonoaudiología en el centro de salud local.
La sala, que cuenta con aire acondicionado, donado por el papá de una de las pacientes, buena iluminación y amplio espacio, ya fue entregada la semana pasada y ahora solo falta equipar adecuadamente para poder brindar la mejor atención y confort a los pacientes.
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El referido nosocomio cuenta con una profesional fonoaudióloga, neuropsicóloga infantil, especialista en atención temprana, neurodesarrollo y lenguaje, la magíster María Isabel Picco, pero no tenía consultorio y se tenía que turnar con otros médicos para atender a sus pacientes.
“Esta construcción es una bendición, un sueño largamente acariciado, hoy, gracias al ingeniero Andino, quien hizo suyo nuestro deseo, estamos teniendo y ahora solo nos resta trabajar para equipar la sala, porque no tenemos nada aún en el consultorio”, expresó Picco.
Dijo que ninguno de los hospitales cabeceras, como Ñemby y Villa Elisa, cuentan con este servicio, y en este centro asistencial reciben a niños y niñas de diferentes ciudades de Central, Como Villeta, Ypané, Itá, Capiatá, Nueva Italia, Ñemby, Villa Elisa y San Antonio.
Agregó que el tipo de pacientes que utilizan el servicio son niños, en su mayoría, en condición de dificultad motora, síndrome de Down, parálisis cerebrales y prematuros.
“Me enteré que existía una comisión de padres de niños especiales y que estaban trabajando para la construcción de un consultorio y me acerque para dar una pequeña ayuda, y gracias a Dios cumplimos en habilitar un consultorio exclusivo para estos niños”, expresó Andino.
Los padres entregaron un reconocimiento al ingeniero por su loable gesto, tomando en cuenta que el estado no invierte mucho en este sector.
El consultorio carece mobiliarios, como mesa, sillas, una computadora con impresora, para los informes sobre la evolución de los pacientes para remitir a las instituciones educativas, precisan además de un bebedero para agua fría.