CAACUPÉ (De nuestra redacción regional). Monseñor Ricardo Valenzuela instó a hacer cinco días de ayuno y de oración desde el lunes 22 hasta el viernes 26 de noviembre, como una jornada preparatoria para el inicio del novenario en honor de la Virgen de los Milagros de Caacupé. Será por el bien de cada uno, por la familia y nuestro país que necesita y anhela paz, refirió.
“Le pedimos a la Virgen que nos acompañe y nos sostenga en estos días, que la bendición de Cristo que nos acompañe hacia esa luz y esa paz tan anhelada para esta nuestra sociedad; necesitamos esa paz, la gente clama por paz”, expresó antes de la bendición final de la misa de ayer a la que asistieron miles de personas.
“En estos días previos a la fiesta en honor a nuestra Madre, Tupãsy Caacupé, notamos y sentimos una onda negativa que se cierne, se percibe, está ahí, en el aire, una onda negativa sobre esta nuestra sociedad paraguaya. Así como, por ejemplo, hay mucha angustia, hay aflicción y a raíz de eso vienen tantas quejas; la gente se queja, hay nervios a flor de piel; irritaciones, hay ira, hay maltratos, hay humillaciones, amenazas, violencias y muertes. ¿Con estos sentimientos nosotros vamos a venir a verle a nuestra Madre Tupãsy Caacupé? ¿Vamos a venir a visitarle así? ¿No nos vamos a preparar?, indicó.
¿Acaso el Señor no nos pidió reconcialiarnos antes de presentar nuestra ofrenda en el altar? ¿Qué pasó con el hombre que se volvió un desconocido en su propia casa? ¿No sabe de dónde viene, no sabe para qué está aquí ni para dónde va? ¿No sabe distinguir entre lo bueno y lo malo? A lo malo le llama bueno y a lo bueno le llama malo. Así estamos, así nos encontramos, añadió.
El ayuno y la oración nos permitirán renacer, ser hombres nuevos, dijo el obispo.
Será un tiempo para prepararnos a vivir una auténtica fiesta. El ayuno y la oración, como lo presenta Jesús en su oración, es un arma de combate y es el camino de nuestra conversión, es el medio que se nos da para reencontrar el estado inicial de la pureza de corazón, combatir la codicia desmedida; esos robos que se dan y ya no tienen nombre. Todo esto se anida en nuestro corazón, dijo.
Ayunar para nosotros debe ser una fiesta, un tiempo de la esperanza, esperanza en la reconciliación con Dios y nuestros hermanos, señaló.
Durante su prédica, monseñor Valenzuela dijo que estamos llamados construir nuestro futuro, con mucha serenidad, esperanza y confianza en Dios.
Tenemos que creer y saber esperar, tener esperanza, que es la virtud más pequeña y difícil de vivir, pero a la vez la más fuerte porque tiene rostro de Jesús resucitado, que viene con gran poder y gloria, resaltó.
Agrego que en nuestros días no faltan las calamidades naturales y calamidades morales, como vemos y escuchamos todos los días en el noticiero. Calamidades, ciertamente naturales, pero las morales son muchas, cada día, y nos desaniman.
“¡Cuánta gente dice: ndahechasevéima pe noticiero; heta mba’e vaímanteko osê (Ya no quiero ver el noticiero; muchos acontecimientos negativos se publican)”, manifestó.
En esos momentos en que pareciera que todo sale mal pidió mantener la esperanza, a estar vigilantes.
Estar vigilantes significa alejarse del pecado, dejar de lado el pecado, renunciar al pecado y comenzar a hacer obras buenas. Arreglar tu situación con tu vecino, tu familia, en tu trabajo, con las necesidades, finalizó.
Caacupé 2021
Hoy a las 09:00, en la capilla de San Roque González de Santa Cruz de la basílica, se realizará el lanzamiento oficial del programa Caacupé 2021. Serán dados a conocer detalles, como el protocolo sanitario (ver infografía) que será aplicado durante la festividad mariana.