“El dedo del urólogo está entrenado, capacitado, para detectar una alteración o un tumor en la próstata aunque este sea tan pequeño como un grano de arroz”, dijo el doctor Fernando Abarzúa, especialista en urología, cirugía laparoscópica y cirugía robótica, en una entrevista en los estudios de ABC Cardinal.
Si bien también existe la posibilidad de detectar tumores en una resonancia magnética, el experto explicó que ordenar un estudio de este tipo por cada paciente que visita el consultorio significaría un gasto muy grande tanto en el sector público como en el privado, así como también para el paciente.
En contrapartida, el tacto rectal es un procedimiento sencillo y breve que se realiza en el consultorio y puede literalmente salvar una vida al detectar la presencia de un tumor en su estado incipiente.
No se invade al varón
Existe un prejuicio y un temor en los varones adultos al momento de tomar la decisión de realizarse este procedimiento.
En este sentido, el galeno explicó que como profesionales manejan la situación con respeto y no invaden al paciente.
De hecho, aclaró que en la primera visita al consultorio no se realiza el tacto, porque el paciente ya de por sí acude con temor y se busca no tener una conducta invasiva con él. La primera visita es solamente una evaluación en la que el varón responderá preguntas relacionadas a sus antecedentes familiares y su estado de salud en general.
Llegado el momento se debe hacer el tacto
Además, se le sugerirá la realización de algunos estudios de diagnóstico complementarios y recién posteriormente, en la segunda consulta, se hará el tacto rectal. Si no se detecta ninguna anormalidad, se le recomendará al paciente volver un año después. Si se detectan protuberancias o pequeños tumores, se comenzarán los tratamientos a tiempo con el fin de erradicar toda posibilidad de cáncer.
El médico hizo hincapié en que el cáncer no da síntomas, por lo tanto la tranquilidad de no hacerse el estudio -que “no duele nada”- no es buena aliada.
Recién en fases muy tardías dará síntomas obstructivos, pero siempre el beneficio será mayor cuando la detección es temprana. Así también, la tasa de curación será mayor y las secuelas serán menores, en la medida en que más rápido se detecte una anormalidad en la próstata.
Se puede llegar a metástasis sin saberlo
Es muy peligroso esperar, pues como es una enfermedad silenciosa se puede llegar incluso a hacer ya metástasis en los huesos. Por tanto, un paciente que llega al consultorio con dolores musculares, fracturas patológicas, etc., puede estar lamentablemente en una fase muy tardía en que la medicina ya nada pueda hacer.
Un signo de alarma clave, dijo el médico, es saber si el paciente tiene antecedentes familiares que lo pongan en riesgo de padecer este tipo de cáncer. Es por esto que es fundamental preguntar en la familia y saber si hay antepasados que tuvieron la enfermedad. Se deben anotar estos datos y llevárselos al médico en la consulta.
Además, influyen otros factores: el sobrepeso, el mal descanso, los hábitos de la vida moderna y la salud integral masculina son determinantes para evaluar la posibilidad de que el paciente tenga o no cáncer prostático.