Si bien la Municipalidad de Asunción, a través de su departamento de Necrópolis prevé para mañana la instalación de lavatorios en los accesos principales de los camposantos, desde dicha dependencia esperan que la ciudadanía respete el protocolo sanitario de lavado de manos y uso correcto del tapabocas.
Esto, dentro del marco de la recordación del Día de los Fieles Difuntos, que atrae a numerosas familias cada 2 de noviembre a los diferentes cementerios municipales, como son del Sur, Este y la Recoleta. Los cementerios estarán abiertos de 7:00 a 18:00 y, a diferencia del año pasado, el ingreso no será por agendamiento.
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El Cementerio del Sur, que se encuentra ubicado en 21ª Proyectada y la calle Yegros, tendrá habilitado sus tres accesos, que son sobre México, Yegros y el de 18ª Proyectada. Mientras que en el Cementerio del Este abrirán los portones que dan hacia las avenidas Santa Teresa y Madame Lynch, y de la calle Pereira.
En el Cementerio de La Recoleta se abrirán ocho de sus 13 portones: 1, 2, 3, 4 (principal), 6, 7 y el 12 para tener un mejor control, sin que nadie se quede sin acceso a las diferentes zonas. La reapertura general recobra también esperanza a las vendedoras de flores, paños y cruces instaladas alrededor y dentro de los camposantos. Estas también alquilan “a voluntad” escobas, baldes y trapos para la limpieza de panteones.
Muchos anticiparon visita
Ayer, domingo, muchos visitantes aprovecharon el día libre para anticipar la visita a sus muertos y hacer una limpieza a los panteones. En un recorrido realizado por un equipo de este medio de comunicación, se observó el incumplimiento del protocolo sanitario y el nulo control por parte de los encargados de los cementerios.
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Grupos de familias ingresaban a los cementerios del Sur y Recoleta sin tapabocas y sin acatar el lavado correspondiente de manos. En la oportunidad, los visitantes elevaron sus quejas por las malas condiciones que presentan los camposantos.
Específicamente, en el Sur y Recoleta se observaron montículos de basura y escombros dispersos, como también, múltiples panteones profanados por delincuentes. “En pandemia nos cerraron las puertas (a los familiares), pero los ladrones tuvieron portón libre”, expresó una de las visitantes, quien comentó que luego de las visitas se va “con el Jesús en la boca” a su casa, temiendo que también le profanen el sitio donde descansan los restos de sus padres.
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