Este sábado se anunció que el Poder Judicial de Uruguay resolvió suspender la extradición a Paraguay de José Peirano Basso, buscado por Paraguay por lesión de confianza por una serie de fraudes y desvíos de fondos de entidades financieras en 2002.
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Peirano Basso iba a ser trasladado a Paraguay este sábado, pero un pedido de extradición de parte de Argentina, donde el exbanquero también es buscado por la Justicia, causó que el Poder Judicial uruguayo pusiera en pausa su traslado a Paraguay.
Al respecto, el Ministerio de Relaciones Exteriores hizo público un breve comunicado en redes sociales expresando su “decepción” por la decisión tomada por Uruguay.
José Peirano Basso terminó recientemente de cumplir una condena de 13 años de prisión en Uruguay, tras la cual un juez de ese país dictaminó que el exbanquero sea entregado a Paraguay.
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Sin embargo, hoy se tramitó una audiencia en Montevideo durante la cual se suspendió la extradición y dispuso el levantamiento de prisión preventiva de Peirano, ordenándose su arresto domiciliario mientras la Justicia uruguaya estudia el pedido de extradición argentino y determina qué hacer.
EL COLAPSO DEL GRUPO VELOX
José Peirano Basso y su hermano Juan están prófugos de la justicia paraguaya desde 2002, cuando el grupo Velox -del que eran los principales accionistas- colapsó en medio de un escándalo de una cadena de fraudes, desvíos y otras irregularidades con dinero de los ahorristas de Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile, Perú y Brasil.
Integraban el grupo Inversiones Guaraní, Banco Alemán Paraguayo S.A. y Financiera Parapití, en Paraguay; los bancos Montevideo y Caja Obrera del Uruguay; banco Velox en Argentina, y el Trade and Commerce Bank de Islas Caimán, entre otros.
En el caso Banco Alemán, la fiscalía detectó la prenda de los fondos en el exterior (US$ 24 millones), para la obtención de millonarios créditos a favor de la empresa vinculada Velox Investiment Company y la captación y remesa de dinero de ahorristas al TCB de Islas Caimán por US$ 52 millones.
También fue cuestionada una operación de arbitraje simulada para cubrir una transferencia ilegal de 1 millón de dólares al TCB y la consignación de datos falsos en los balances de la entidad.
En el caso Banco Alemán el perjuicio fue de US$ 24 millones, y en caso Fondos Mutuos, de US$ 13 millones.