Las prórrogas se dan porque el Consejo Nacional de Empresas Públicas (CNEP) todavía no autorizó hasta ahora esta inversión. “Se le envió una recomendaciones que deberán analizar y ejecutar. No se paró el proceso y estamos en el tiempo de la prórroga”, expresó Elvio Brizuela, director general de empresas públicas.
La estatal quiere invertir US$ 25 millones en este plan, pero el CNEP sigue sin dar su aprobación, porque todavía hay varias cuestiones que Petropar debe aclarar y cumplir. Como primera medida, pidieron a la empresa que postergue la apertura de ofertas.
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La principal tarea que le dieron a la Petrolera es que disminuya la cantidad de personal en la planta tiene en Troche, donde se tiene más de 400 empleados, mucho más de lo que necesita para poder funcionar. Por esta situación existe la histórica denuncia de que la planta alcoholera se utiliza como botín político o el pago de favores, pues la mayoría de los que ingresan por concurso de méritos o contratación directa son dirigentes colorados y sus recomendados, ya sean parientes o apoderados.
Pese a que el CNEP todavía autorizó el proyecto de la nueva línea de molienda y todavía ni se recibió las ofertas para las obras, la petrolera estatal llamativamente ya está apurando la adjudicación de la fiscalización del proyecto a la empresa Tecnicat SRL, por G. 3.200 millones. Esta firma fue la única oferente de la licitación, cuya apertura de ofertas se realizó con total sigilo hace unos días y, según trascendió, incluso ya le habrían adjudicado el llamado, lo cual hasta ahora no se confirmó en la estatal.
De acuerdo con los datos, Petropar quiere entregar a Tecnicat SRL la “fiscalización y control de obras” de la línea de molienda, violando la ley 2051 de Contrataciones Públicas, porque la consultora, representada por el ingeniero Luis Salazar Santos, es la misma firma que elaboró el proyecto ejecutivo (diseño) de este criticado plan e incluso preparó el pliego y el precio de referencia del llamado en curso. Según la normativa vigente, una firma que elaboró el proyecto de una obra pública, no puede participar en la supervisión o fiscalización de la misma.
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Críticas a la inversión
A parte de cuestionarse la inversión en una planta que registra pérdidas millonarias de US$ 5 millones al año, también saltó a la luz que Petropar pidió un presupuesto a la empresa Engineering para la nueva línea de molienda, pese a que recientemente, la firma incumplió con sus contratos y también presentó datos falsos respecto a los productos que vendió a Petropar, según Contrataciones Públicas.
Justamente, este presupuesto fue solicitado a la “superproveedora” a través de la firma Tecnicat SRL, que elaboró el proyecto ejecutivo de la línea de molienda, por lo que se habló de que el llamado estaría digitado a la conocida Engineering. Esta empresa fue suspendida para contratar con el Estado (por 12 meses), pero actualmente pidió una reconsideración a la DNCP.
Asimismo, este “castigo” no impide a Engineering a seguir participando de las licitaciones del Estado, porque el dueño de la firma, Juan Andrés Campos Cervera, ya ubicó como accionistas de Barrail Hermanos SA a su esposa, cuñado y hasta a uno de sus gerentes, con la intención de seguir ganando licitaciones con esta compañía.
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El Gobierno de Mario Abdo Benítez ya inyectó US$ 8 millones en la “modernización” de la planta de Troche, con la que pretendían procesar 2.800 toneladas de caña por día, pero esto no se logró. Esta inversión se gestionó a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cuando Patricia Samudio estaba al frente de la institución, evadiendo la ley 2051 de Contrataciones Públicas.
El titular de la estatal, Denis Lichi, dijo en su momento que estas inversiones se realizaron para el mantenimiento de la planta y agregó que ahora se invertirá en máquinas nuevas. La historia de las inversiones de Petropar en su planta alcoholera de Mauricio José Troche está llena de obras mal encaradas o no ejecutadas. En los últimos 15 años se invirtieron al menos US$ 30 millones en la planta. Las compras siempre han sido para aumentar la molienda de caña a 3.500 toneladas (capacidad instalada), pero nunca llegó siquiera a las 2.000 toneladas.