En cambio, es mejor dejarlas salir discretamente en un momento inadvertido, lejos de otras personas.
Para evitar que estas situaciones sean tan frecuentes, se puede intentar mejorar la dieta, algo que no es tan fácil como parece.
Lo malo es que los alimentos más sanos son los que pueden generar más gases. Pero existen algunos principios que valen la pena y los expertos dan consejos sobre cómo mantener a raya los desagradables gases.
Primero, una breve aclaración de cómo se generan las flatulencias. “Los gases en el intestino son en parte responsables de la sensación de estar hinchado, pero también lo es el aumento del contenido intestinal”, dice Viola Andresen, de la Sociedad Alemana de Gastroenterología, Enfermedades Digestivas y Metabólicas (DGVS).
Los gases se producen cuando las bacterias del intestino grueso metabolizan la fibra alimentaria. Algunos de los gases son descompuestos de nuevo por las bacterias, otros son transportados primero por la sangre y finalmente exhalados, y el resto sale del cuerpo en forma de flatulencia.
Andreses, jefa médica del equipo de nutrición del Hospital Israelita de Hamburgo, subraya que los gases no deben en general causar preocupación. “Eso suele ser parte de la digestión normal”, dice.
“Cuando los gases aparecen como un síntoma nuevo o molestan mucho, entonces se recomienda analizar el cuadro”, aclara.
Las causas pueden ser varias. A menudo se trata de determinados alimentos flatulentos que se han comido.
Algunas personas tienen en tanto problemas para digerir la lactosa o la fructosa. También puede estar detrás un problema en la población bacteriana o quizás se haya comido demasiado rápido y se haya tragado mucho aire.
La metabolización de las fibras alimentarias, en particular, produce muchos gases. Pero eso no significa que debamos renunciar a ellas.
Según la nutricionista Gabriela Freitag-Ziegler, de la Asociación Alemana de Ecotrofología (VDOE), las fibras son muy importantes para una buena digestión y como protección contra muchas enfermedades.
“En especial las plantas de cebolla, coles, las legumbres, pero también el pan integral y algunos tipos de verduras y frutas generan flatulencias a algunas personas”, señala la experta. El primer consejo es que las frutas y las verduras se toleran mejor cocidas que crudas.
Freitag-Ziegler aconseja asimismo acostumbrarse gradualmente a los alimentos ricos en fibra y probarlos en pequeñas porciones para ver si se pueden tolerar la col o las lentejas, por ejemplo.
Si esto no da resultados, se debería cambiar algunos alimentos individuales en vez de eliminar todo un grupo de alimentos de la dieta diaria.
“No todas las coles son iguales”, apunta la experta en nutrición. Quien no soporta la col blanca, puede probar con la col puntiaguda. “Es más tierna y más fácil de tolerar para muchas personas”, explica.
También hay grandes diferencias entre las lentejas. “Las lentejas pequeñas, como las rojas, son más fáciles de digerir”, agrega.
Las hierbas y especias también pueden ayudar a reducir la formación de estos molestos gases, los más recomendados son el comino, el hinojo y el anís.
“Pero también la albahaca fresca, el eneldo, y el tomillo proporcionan tanto sabor como una buena sensación en el estómago”, sostiene Freitag-Ziegler.
Muchas personas rechazan el pan integral porque les produce flatulencias, pero bien merece una segunda oportunidad. “Aquí también hay muchas variedades y vale la pena probarlas”, dice la experta en nutrición. Su consejo: “Los panes integrales elaborados con harina integral finamente molida son más fáciles de digerir”.
Sobre todo, añade, hay algo más importante en el pan: cómo se hace. Los largos tiempos de fermentación y reposo garantizan la descomposición de las sustancias difíciles de digerir de la masa.
El movimiento físico ayuda, como ocurre con tantas molestias corporales, y las flatulencias no son una excepción. “Esto estimula los intestinos y los gases se transportan mejor”, dice la médica Andresen. Porque cuando se “quedan atascados” no hay flatulencias desagradables, pero a menudo genera dolor abdominal.