El movimiento de dinero realizado a través de las empresas offshore generó que el estudio jurídico que administraba las firmas de portafolio realizara consultas sobre el origen de los fondos. Esto hizo que la familia Cartes desnude millonarios movimientos de su grupo empresarial. El 9 de octubre de 2017, tanto el exmandatario como su hija menor, Sol Cartes, remitieron declaraciones juradas sobre las fuentes de los fondos. “Hago esta declaración para mi propia protección como también para protección de Overseas Management Company Inc (OMC)”, comienzan diciendo los documentos de la otrora familia presidencial.
Entre los documentos aparecen algunos certificados de declaración de las fuentes del dinero que transferirían cada tiempo a la cuenta bancaria que figura a nombre de Dominicana Acquisition SA, la offshore que habían registrado en Panamá.
Y en el punto 6, bajo fe de juramento, aseguraron que ninguna de las estructuras o servicios proveídos por OMC serían utilizados para actividades ilegales entre las que citan la recepción de fondos provenientes del crimen organizado, tráfico de drogas, financiamiento terrorista, venta de armas o municiones. Además, el documento aseguraba que la firma no sería utilizada para cometer fraude fiscal o cualquier otra ofensa fiscal grave o lavado de dinero.
Referencias sobre ellos mismos
Unos días antes, el 5 de octubre de 2017, la familia Cartes remitió una serie de cartas de referencia a OMC. En concreto, se presentaron como buenos clientes bancarios y para ello, remitieron cartas de referencia del Banco Amambay...propiedad del grupo Cartes.
Ese mismo día, Basa emitió cartas de referencia sobre sus “buenos clientes” Horacio Manuel, María Sarah y María Sol. Aunque no aclararon que Sarah -hermana de Horacio y tía de María Sol- es accionista mayoritaria de la entidad bancaria.
En el caso del expresidente, remitieron además cartas de referencia enviadas por el estudio jurídico Siegfried, Rivera, Hyman, Lerner, De La Torre, Mars & Sobrel, PA, asentado en Miami. También envió una carta remitida por el bufete Palacios, Prono & Talavera...que maneja varios de los negocios del Grupo Cartes en Paraguay.
“A fin de informarles que la Sra Maria Sarah Cartes es cliente de Banco Amambay SA desde el año 1992″, señala la carta de referencia enviada por la entidad sin hacer mención alguna a que la empresaria en realidad es accionista mayoritaria de la entidad, según los datos que el mismo Grupo Cartes hizo constar en un Perfil Corporativo y en documentos oficiales entregados a entidades de supervisión en Paraguay.
De hecho, Sarah Cartes envió hasta copias del extracto de su tarjeta de crédito como prueba de su capacidad de mover grandes cantidades de dinero. Allí declaraba una línea de crédito de G. 300 millones y compras en un solo mes por unos G. 100 milllones.
Millonarios negocios
Como parte de la justificación del origen de los fondos manejados por la familia Cartes a través de su offshore, los miembros de la exfamilia presidencial remitieron hasta un perfil corporativo de su grupo empresarial.
El documento tiene 60 páginas y fue preparado por Alpax, empresa que en su página web se define como “un banco de inversión independiente que ofrece asesoramiento financiero en fusiones y adquisiciones y levantamiento de fondos en América Latina”.
A lo largo del informe, el Grupo Cartes reveló los millonarios movimientos de sus empresas. En el inicio, aseguran que a través de sus 30 firmas alcanzaron ventas netas por valor de US$ 740 millones en 2016.
Un dato que no deja de ser llamativo es que en la página 4 del Perfil Corporativo, el Grupo Cartes enumera al Club Libertad como una de las empresas. Hasta ahora, tanto los dirigentes del club de fútbol como el propio Cartes siempre hablaron de una relación “afectiva”, pero en los documentos remitidos al extranjero hablan de la institución como una más.
El Grupo Cartes se describe además como propietario de 21 estancias dueñas de 247.000 hectáreas en todo el territorio paraguayo y administran más de 120.000 cabezas de ganado. Según lo admitió anteriormente Cartes, varias de esas miles de hectáreas pertenecieron en el pasado a Fahd Jamil Georges, investigado en Brasil por narcotráfico y otros hechos.
Según el documento, las tierras de las estancias del Grupo Cartes están valuadas en unos US$ 350 millones. Cinco de los establecimientos están ubicados en la Región Oriental y las restantes 16, en el Chaco.
A las estancias hay que sumar 3.700 hectáreas que forman parte del área de producción de tabaco como parte de la provisión de las empresas dedicadas al rubro cigarrillero. A diferencia de sus otros rubros, el Grupo Cartes no reveló mayores datos sobre el movimiento financiero de sus tabacaleras, a pesar de que dedicó varias páginas de este rubro para detallar sus movimientos comerciales.
Además, el perfil corporativo revela que a marzo de 2017, el Banco Amambay (hoy Banco Basa) tenía activos totales por más de US$ 800 millones. Asegura que Sarah Cartes es la accionista mayoritaria, pero no relatan el vínculo con Darío Messer, procesado en Brasil por lavado de dinero, que aparece como fundador de la casa de cambios que luego se convertiría en el banco.
El perfil corporativo además señala que la firma Deloitte PwC era la auditora independiente del grupo. Sin embargo, correos que formaban parte de la filtración de los “Panamá Papers” revelaron ya en 2016, un año antes de la elaboración del documento, que la firma había renunciado a trabajar con el Grupo Cartes debido a que Horacio Cartes había asumido como presidente de la República, tras lo cual quisieron firmar contrato con PKF Paraguay.
Afirma además haber realizado inversiones por unos US$ 750 millones en los ejes de las avenidas Aviadores del Chaco y Santa Teresa, donde se levantan los hoteles del Grupo. Además, dice ser propietario de más de 22.000 metros cuadrados en esa zona, distribuidos en tres inmuebles, que incluyen la futura sede del hotel Hilton Asunción y Las Hortensias.