¿Y dónde están los zorros?
“Por lo menos miren los números”, pidió el Dr. Agustín Saldívar, director del Hospital de Trauma, a la Comisión de Legislación de la Cámara de Senadores. Fue ante una consulta acerca de la posibilidad de modificar el artículo 2 de la Ley Nacional de Tránsito N° 5.016, para eliminar el control aleatorio de la Patrulla Caminera a los automovilistas para la realización del control de alcotest, en estudio.
De hecho, conducir en estado etílico es una de las principales causas de accidente, especialmente en los fines de semana.
Sin embargo, basta salir a cualquier vía pública para constatar que la falta de control existente en materia vial es general, tanto en las rutas, como en las principales avenidas y arterias barriales más recónditas.
Los motociclistas –protagonistas indiscutibles de cuánta estadística de accidente existe– circulan en todo el país a la buena de Dios: sin casco, en zapatillas, conversando por celular, a veces con sobrecarga de mercaderías y en otras con la familia entera a costas, ignorando a su paso semáforos en rojo, señales de pare, a contramano y convirtiendo veredas y paseos centrales en extensiones de las calles.
Y del estado de los vehículos ni hablemos. Hasta los deliverys se han sumado al descalabro.
Y lo más llamativo: sin ser molestados. A lo que nos conduce la pregunta obligada: ¿dónde están los policías de tránsito?
En las fotos que acompañan este material, captamos algunas infracciones según la Ordenanza 479/10, con el artículo y la multa correspondiente.
Ni siquiera los candidatos a las intendencias han manifestado propuestas de tomar cartas en el asunto, pese a la cercanía de las elecciones municipales. Al contrario, algunos hasta taparon señales de tránsito con sus propagandas electorales.
Ocio, alcohol y drogas sobre ruedas
El director del Hospital de Trauma, Dr. Agustín Saldívar, señaló que los siniestros viales ocurren en horas de trabajo por lo general, es decir, durante la mañana, también la madrugada y entrada la noche.
Sin embargo, “los que se registran en horas dedicadas al ocio casi siempre están ligados a personas que cometen algún tipo de imprudencia a la hora de conducir vehículos sean de cuatro ruedas o motocicletas”, subrayó Saldívar.
En el contexto de los accidentes, no se puede dejar de lado a los peatones arrollados ya que muchas veces “por desatención, por la poca educación vial que tenemos hacen cruces en lugares donde no debemos o de repente inciden las malas señalizaciones de las rutas y calles, o la mala calidad de las rutas”, dijo el médico.
En cuanto a los siniestros de los fines de semana, Saldívar destacó que “casi siempre un componente aditivo es el del alcohol o de las drogas, como en el caso de los pacientes que atendemos en el Hospital de Trauma”.
También hizo énfasis en los motociclistas, en cuyos casos “la falta de uso de cascos agrava los traumas que se producen en ellos”, puntualizó.
Expuso que el 70 por ciento para arriba, en promedio, de todos los pacientes que asisten diariamente son motociclistas. Así, hace dos semanas el cierre señaló que hubo 275 pacientes por siniestros viales, de los cuales 184 fueron motociclistas.
Muchos casos de niños
En la primera semana del mes de setiembre de este año, Saldívar refirió que asistieron a cinco niños, la siguiente semana recibieron a siete niños y a la tercera semana, a 12 en total. Todos involucrados en accidentes, sean como acompañantes o conductores, destacando que el más pequeño era de dos meses y el mayor de 14 años.
Ocio y más libertades
“La moto es uno de los (vehículos) más utilizados en nuestro medio, no hay que satanizarla, es un medio que ejerce el grito de libertad de las personas ante la ausencia de transporte público [...] pero sobre todo cuando uno utiliza ese medio de transporte para el ocio, es cuando más se suele producir politraumatismo en estos pacientes”, dijo Saldívar.
Por último señaló que “entramos a una temporada desenfrenada poscovid, pues ahora que bajan los números empiezan los festejos de forma desmedida”.
Quirófanos como área de UTI
El Dr. Agustín Saldívar informó que en el Hospital de Trauma hay 21 camas de Unidad de Terapia Intensiva de adultos, ocho pediátricas y cuatro de reanimación, bien equipadas.
Expuso que las que normalmente colapsan son las de adulto, durante los viernes, sábados y domingos, hasta el punto de tener que utilizar las camas de los quirófanos. Esta situación imposibilita que en ocasiones puedan realizar intervenciones quirúrgicas, como de hecho ocurrió dos semanas atrás.
Fotos:
Diego Peralbo.
Fernando Romero.
Pedro González