De acuerdo con el informe de los agentes de la Comisaría Segunda de Fernando de la Mora, los presos de un calabozo ubicado en el fondo de la repartición policial cortaron uno de los barrotes de la puerta para abrir un espacio y salir a través de él.
Los cinco detenidos, con frondosos antecedentes, aprovecharon el momento en que un agente encargado de custodiar esa zona, fue a presentarse ante el subjefe de la comisaría. Todos lograron salir por el pequeño espacio, saltar la muralla del fondo y ganar la calle. Sin embargo, un ruido delató a los hombres y alertó a todos los policías que fueron hasta el lugar y hallaron a Roberto Dávalos, intentando saltar la muralla hacia la calle.
Los otros cuatro: José Armando Olazar, Blas Antonio Lesme Arriola (alias “Rubio”), Diego Nicolás Blanco Cáceres y Guillermo Agüero. se dispersaron por la zona norte de Fernando de la Mora, informó el periodista Ariel Espinoza.
Inmediatamente, el jefe de comisaría, comisario principal José Portillo, ordenó a todos los uniformados bajo su cargo a que realicen la búsqueda de los evadidos.
El primero en ser recapturado, a dos cuadras de la comisaría, fue Guillermo Aguero, de 23 años, con antecedentes por hurto y violencia familiar. El segundo, fue Diego Nicolás Blanco Cáceres, de 26 años, con antecedentes por tráfico de drogas, reducción, robo agravado y hurto agravado. Este ya cuenta además con orden de remisión.
El último en ser nuevamente aprehendido fue José Armando Olazar, de 31 años, con antecedentes por hurto agravado, robo, coacción grave y orden de remisión a un establecimiento penal.
Blas Antonio Lesme, alias “rubio”, quien se encuentra prófugo, cuenta con antecedentes por reducción, robo agravado, hurto agravado y tenencia de estupefacientes. También con orden de remisión.
Todos los citados se encontraban en el calabozo junto con otros siete individuos encerrados por distintos hechos punibles.
“Ellos no tienen piedad”
Ya en la comisaría, los recapturados cuestionaron el trato que recibieron de la Policía. Algunos señalaron lesiones en el rostro que atribuyeron a los agentes.
“Estaba abierto y yo salí. Necesitamos a Derechos Humanos por la tortura. Ellos (la Policía) no tienen piedad, todos tenemos nuestros derechos, nadie es más que nadie”, expresó uno de ellos detrás de los barrotes.
Según los datos oficiales, los prófugos no contaban con ningún tipo de vehículo preparado para la huida, por lo que ingresaron a distintas casas escapando de la policía. Los propios dueños de las viviendas alertaban a los uniformados y permitieron su ingreso en medio de la persecución, de esta forma, pudieron recapturar a los tres nombrados anteriormente.