Hay hechos que pueden ocurrir solo en Paraguay y parece ser que el caso del ciudadano israelí Yossi Ben Ari (nombre verdadero) es uno de esos.
Durante 28 años vivió en Paraguay con un nombre falso: Ron Gamliel. Con esta identidad se nacionalizó paraguayo y no fue molestado jamás por ninguna autoridad, aunque sobre él pesaba nada menos que una orden de captura internacional por narcotráfico, pues había huido de una condena de Israel.
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A sus anchas en “el país de maravillas”
En Paraguay, el “país de maravillas”, como dijo una vez un demagogo, Ben Ari logró construir su emporio, encabezando un casino y un hotel en Ciudad del Este.
Si bien cualquiera creería que alguien que huyó de la justicia israelí se iría lejos y viviría en una cueva para no ser hallado, Yosssi Ben Ari, o Ron Gamliel, como se hizo llamar, disfrutaba de la exposición y acudía tranquilamente a brindis, como el de la inauguración de su hotel, donde incluso estuvieron autoridades de la Senatur y de la Municipalidad de Asunción.
Durante casi tres décadas Ben Ari gozó de esta comodidad y “generosidad” paraguaya hasta que, en una simple escala que hizo en Panamá, la Policía local lo descubrió en minutos, por medio de sus huellas dactilares, y lo apresó.
En poco más de tres días, Ben Ari ya se encuentra en territorio israelí, pues el pedido de extradición se concretó.
A la luz pública y no lo descubrieron
El comisario Víctor Flores, jefe de Gabinete de Interpol, admitió que la Policía paraguaya nada tuvo que ver con el proceso de detención, aunque nuestra Interpol tenía la misma orden de captura y toda la ventaja para detener desde hacía tiempo al hombre, que se paseaba como “Juan por su casa” en medio de la sociedad empresarial asuncena.
El comisario se limitó a justificar el hecho recordando que el israelí vivía desde hace muchos años con una cédula paraguaya y con un nombre falso.
Al consultársele cómo pudo ser posible que el señor haya viajado frecuentemente en su calidad de empresario y nunca saltó su orden de captura, la respuesta del comisario Flores siguió siendo la misma: que el hombre tenía una cédula paraguaya y con ella se movilizaba por el Mercosur. Según Flores, en este último viaje, Ben Ari salió con su pasaporte.
“Lo que pasa es que el sistema que utilizan en Panamá es facial y con huellas dactilares; es así que les saltó que él tenía otra identidad. Se consultó directamente con Israel y allí confirmaron que se trataba del pedido de orden de captura”, describió el uniformado.
No tenemos reconocimiento facial
Según explicó el comisario Víctor Flores, Paraguay no tiene un sistema de reconocimiento facial debido a que “Migraciones tiene un sistema rebasado”.
Por una cosa o por otra, Panamá sí reconoció la verdadera identidad en una breve escala, mientras que nosotros lo tuvimos en nuestras narices durante 28 años.
La orden de captura de Yossi Ben Ari fue actualizada nuevamente en el 2015. Si somos benevolentes y tomamos en cuenta solo esa fecha, igualmente el israelí estuvo seis años sin que Paraguay lo identifique.
“Si nos dábamos cuenta íbamos a pedir a nuestros pares de Israel poder judicializar por los canales diplomáticos”, argumentó el comisario.
El hombre viajaba bastante y en algún momento tuvo que haber hecho trámites de documentos. La última actualización de su orden de captura fue en el 2020, pero su cédula fue gestionada anteriormente.
Flores aseguró que Israel no llegó a contactar con Paraguay en ningún momento con respecto a esta extradición.
Sin contemplaciones
Panamá, sin embargo, fue más intransigente con el capturado y al apresarlo le comunicaron que quedaría 60 días detenido mientras se estudiaba el pedido de extradición. Pero para evitar esta detención, el israelí se sometió al proceso y así se agilizó su partida a Israel.
Identificado falsamente como Ron Gamliel, huyó años atrás de una condena de 12 años por narcotráfico que le impusieron en 1993. El Tribunal de Distrito de Tel Aviv lo había declarado culpable de importar 4,9 kg de heroína de los Países Bajos a Israel.
Ese año, él se escapó de Medio Oriente y se instaló en nuestro país.
Ahora, Ben Ari ya está en manos del sistema penitenciario de Israel.