El despacho de la cementera estatal bajó sustancialmente por la falta de materia prima, porque su horno de clínker (principal materia prima del cemento), ubicado en Vallemí (Concepción), está parado desde julio, por trabajos “de mantenimiento”. La cementera hoy utiliza solo clínker importado para su escasa producción.
Fuentes de la cementera estatal informaron que la empresa registra una pérdida de más de G. 45.000 millones en solo seis meses, justamente por la poca cantidad de cemento que produce y vende. Obreros de la fábrica incluso denunciaron que hay días en los que no se despacha cemento. Ante esta difícil situación, los trabajadores señalaron que la INC está recurriendo a millonarios créditos para cubrir los salarios de los funcionarios.
Situación pasajera, según el presidente
El presidente de la INC, Ernesto Benítez, intentó minimizar estas denuncias alegando que se trata de una situación “pasajera”. “Así como a todos los rubros, la disminución de la comercialización trae aparejada la disminución de los ingresos y con eso la cadena de pagos también se debilita. Es una situación pasajera que se sobrelleva hablando con todas las partes involucradas, ya que el problema afecta a todos”, expresó el titular de la cementera en conversación con ABC.
Al mismo tiempo, manifestó que en términos de despacho de cemento, en este mes de setiembre la empresa supuestamente lleva despachadas 22.000 bolsas por día en promedio, lo que no coincide con los documentos que remitieron a este diario los obreros de la cementera. Benítez enfatizó que esperan subir a 30.000 en la última semana del mes y “mejorar aún más a 40.000 para arriba en el último trimestre”.
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Se le consultó sobre las pérdidas de la recaudación en la estatal y señaló que “no las tenía en mente” y prometió remitir las cifras cuando acceda a los documentos. “Las cifras concretas no tengo a mano, pero en un porcentual sí te puedo mencionar que la disminución en las ventas en general está en torno al 40% a 50%”, indicó.
Respecto al despacho de cemento, el titular del INC señaló que esto se redujo por la falta de materia prima.
“Los factores son varios, algunos previstos y otros no. La mayor dificultad sigue siendo el río (por la bajante) pero además, se reduce la cantidad para no cortar el despacho, aguardando el arranque del horno que estamos definiendo para el día 20 o 22 de la semana siguiente”, aseveró. Agregó que a principios de octubre “el promedio subirá nuevamente”.
Horno está parado hace tres meses
Sobre la paralización del horno de Vallemí desde julio último manifestó que este año estaba previsto que las tareas de mantenimiento duren aproximadamente 60 días. En este sentido, señaló que los trabajos se iniciaron el 15 de julio y que en lugar de terminar el 15 de setiembre, se extienden porque tuvieron que realizar el montaje del “ventilador tiro horno”. Dicho ventilador es la pieza que faltaba, supuestamente, para completar la inversión de los US$ 80 millones provenientes de la colocación de bonos, que había recibido la INC durante el gobierno del expresidente Horacio Cartes (2013-2018).
Justamente, la inversión que se hizo para el cambio del tipo de combustión del “horno III de clínker” fue de casi US$ 30 millones, para que en lugar de usar solo fueloíl, también pueda usar combustible sólido, como coque. Pero hoy siguen usando fueloíl.
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No llega a la meta
La INC debería estar produciendo y despachando al menos 90.000 bolsas de cemento por día, ya que esa fue la promesa para recibir hace cinco años los US$ 80 millones, para invertir en sus plantas de Vallemí y Villeta. Sin embargo, esto no ocurre y todo lo contrario, aumenta la queja de la poca producción.
Según había manifestado el presidente de la estatal, Ernesto Benítez, solo faltaba la instalación del “ventilador tiro horno” para aumentar la producción, lo que ahora ya concretaron. Hay que ver si con esta instalación del ventilador realmente se llega a la cantidad de bolsas que debe producir la INC actualmente.
Costoso mantenimiento
Sobre la millonaria erogación que de nuevo realizará la empresa estatal para mantener el horno de clínker (G. 4.591 millones), Benítez dijo que una planta cementera tiene un promedio de trabajo de 300 días al año y que los restantes “65 días son de mantenimiento e incidencias”.
“Son muchos materiales y se van incluyendo a medida que se verifican las necesidades de reparación, mantenimiento o sustitución de las partes”, indicó Benítez. “Estos mantenimientos pueden programarse una vez al año o dividiendo los trabajos en etapas o sectores dependiendo del criterio de cada uno”, dijo.