El juicio oral y público comenzó el pasado jueves, oportunidad aprovechada por los hermanos Alcaraz González: Robert, Braulio y Arnaldo Ramón, quienes declararon y sindicaron al entonces funcionario judicial Hugo Andrés González Sosa como el autor material de los disparos que ocasionaron la muerte de los guardaparques Rumildo Toledo, domiciliado en la compañía Ñumí de San Juan Nepomuceno, y Artemio Villalba, de Toro Blanco de Tava’i.
Los hermanos Alcaraz González relataron a los miembros del Tribunal de Sentencia, presidido por el magistrado Eugenio Fusler e integrado por Carlos Antonio López y Mario Miranda, que ellos fueron sorprendidos por los tres guardaparques cuando ingresaron a la reserva, que tuvieron que correr de los empleados y que Hugo Andrés González Sosa estaba parapetado al otro lado del arroyo Tayay, debido a que no ingresó aún a la reserva y fue quien habría disparado contra los trabajadores con una escopeta calibre 12.
En otro momento, los procesados coincidieron en señalar que no vieron a González Sosa disparando porque estaban huyendo; sin embargo, Hugo Andrés le dijo a su hermano Lorenzo González: “Yo pensé que te hirieron y por eso les disparé”. Lorenzo González Sosa había caído en el arroyo Tayay aparentemente mal herido, pero era un rasguño que podría haber sido por la caída y no por bala.
Son cinco los procesados por el caso del doble homicidio, los hermanos Alcaraz González, Hugo González Sosa, Daniel González (este último prófugo). Sin embargo, los hermanos Alcaraz González coinciden que fueron entre 9 personas. No están procesados Lorenzo González Sosa, Humberto Perdomo y dos personas cuyos nombres ellos desconocen.
Al reanudarse el proceso este miércoles, el único sobreviviente y testigo clave del caso, Felipe Chávez, deberá prestar declaración indagatoria con el objetivo de esclarecer más el panorama y castigar a los culpables del doble homicidio. La fiscalía tiene como 20 testigos, la defensa también cuenta con cinco, según los datos.