La prensa internacional se hizo eco de la “invasión” de carpinchos o capibaras en la exclusiva localidad de Nordelta, en Buenos Aires. En Villarrica no hay una gran población que pueda generar inconvenientes, solo unas cuantas familias que viven en uno de los sitios turísticos más representativos de la capital de Guairá: el parque Manuel Ortiz Guerrero.
Los que llegan a la ciudad y recorren el parque que circunvala el mítico estadio municipal Ykuá Pytã, una naciente que inspiró muchos poemas del vate guaireño Ortiz Guerrero, se toman fotografías junto a los carpinchos. Estos animalitos semiacuáticos, pobladores que se sumergen en la laguna artificial de la zona y se pasean por los alrededores junto a las visitas, son ocupantes formales desde hace casi 30 años.
¿Cómo aparecieron los carpinchos en Villarrica?
Los primeros ejemplares de carpincho los trajo el entonces intendente David Obregón (ANR) y no fue nada atípico. Es que los guaireños más longevos recuerdan que en una parte del parque -que lastimosamente fue vendida y ahora es propiedad de una cadena de supermercados- había un zoológico y era normal ver especies exóticas en este lugar.
Pero al igual que los primeros guaireños, que originalmente se instalaron en la zona de la Guaira, hoy Brasil, los carpinchos tuvieron que soportar una persecución. No de los bandeirantes, sino de aquellos que deseaban su carne y grasa, a las que popularmente se les atribuyen propiedades medicinales.
El Ykuá Pytã está al lado del Mercado Municipal N°1 de Villarrica y anteriormente los carpinchos salían del recinto a la noche, atraídos por las frutas y verduras que desechaban los comerciantes. Muchos, víctimas de una caza urbana, ya no regresaban.
Animales “dóciles y fotogénicos”
Por suerte eso cambió hace un par de años. En la administración del intendente Gustavo Navarro (ANR), las vallas del parque se cambiaron y se hicieron más seguras. Los carpinchos ya no salen y el espacio público cuenta con personal municipal que también vela por la seguridad de sus habitantes.
“Demasiado dóciles son nuestros carpinchos. Son muy fotogénicos. En ese sentido, las criaturas ya tienen muchas postales acá con ellos (...) Nadie puede tocar o perjudicar nada. Al contrario, todos los guaireños ayudan a cuidarlos y son celosos de nuestros animales”, indicó el encargado del parque, Alcides Portillo.
Explicó que actualmente solo hay un casal de carpinchos, pero no se están reproduciendo, ya que, según explicaron los veterinarios, son hermanos, por eso se está tratando de conseguir otra hembra.
Otros integrantes de la fauna guaireña
También hay más pobladores. Además de los carpinchos, la fauna del Ykuá Pytã está conformada por aves, peces y hasta un acutí, un animal en peligro de extinción (también roedor semiacuático) que fue rescatado en marzo pasado por bomberos voluntarios en el barrio Estación de Villarrica y que encontró en el Parque Manuel Ortiz Guerrero un hogar. A diferencia de los carpinchos, el acutí casi no se deja ver, comentó Portillo.
La Municipalidad provee balanceados y maíz para los carpinchos, los patos, los gansos, los peces y el acutí, como también cubre la asistencia veterinaria. Sin contar a las especies ictícolas, hay una fauna de casi 30 animales, detalló. De igual forma, se suelen avistar mbiguás que pescan en la laguna, entre otras especies de aves silvestres.
La alimentación de los carpinchos, una prioridad
“En cuanto a alimentación y cuidados veterinarios no hay ningún problema. Están bien alimentados y cuidados porque esa es una prioridad del señor intendente Alejandro Aguilera y nosotros cumplimos con ello”, remarcó Alcides Portillo.
Las noticias sobre las quejas y molestias de los nordelteños de Argentina descolocan a los guaireños. Para los pobladores de Villarrica, los carpinchos ya son parte de las tantas características culturales y sociales que definen a la ciudad.