El suboficial mayor Santi Figueredo Santacruz, de 44 años, vestido de civil se encontraba al mando de un camioncito blanco de la marca DFSK de la firma Bingopar Candilejas, acompañado precisamente de un funcionario de la misma, Francisco Portillo.
Ambos habían salido cerca del mediodía desde la casa de juegos ubicada sobre Bruselas casi San Martín, con destino al Banco Continental, ubicado sobre la avenida Aviadores del Chaco. Ahí realizaron el depósito de la recaudación y también efectivizaron unos cheques por valor de poco más de G. 30 millones.
Luego salieron de la entidad bancaria y se dirigieron sobre San Martín para retomar por una de las calles transversales e ir al casino nuevamente. Sin embargo, en la espera del semáforo fueron atacados por dos motoasaltantes que se llevaron el dinero y también acabaron con la vida del agente policial con arma de fuego.
Contradicciones
El subjefe de la comisaría 6ª Asunción jurisdiccional, comisario Nelson Garay, señaló que Figueredo Santacruz ya se encontraba descansando, pues era guardia saliente, por lo que ya estaba vestido de particular; además, debido al corto tiempo y a que los bancos hacen sus cierres temprano los viernes, el suboficial aceptó el servicio en concordancia con el ahora destituido jefe de comisaría 11ª Asunción –comisario principal Richer Rodas– por eso “ya no tuvo más tiempo de uniformarse, por eso vino como estaba e hizo el servicio”.
Por su parte la jefa de Relaciones Públicas de la Policía Nacional, comisario principal María Elena Andrada, señaló ante varios medios de prensa que luego de lo ocurrido dialogó con el comisario Rodas y este le manifestó que Santacruz se presentó a la mañana para tomar su guardia.
Andrada comentó que –según los datos que le dio Rodas– cuando el suboficial mayor ingresó a la comisaría recibió una llamada telefónica de parte de los directivos del bingo, ¿por qué le llaman a él? Y se debe a que él es quien acostumbra o siempre acompaña este tipo de procedimientos.
En otro momento la jefa de Relaciones Públicas relató que, según lo que le informó el destituido jefe de la comisaría 11ª, Santacruz “solía hacer los servicios con el uniforme puesto, pero esta vez –los responsables de la casa de juegos– estaban apurados porque era viernes”.
Así también mencionó Andrada en relación a Figueredo Santacruz que el trabajo de servicio privado lo hacía de manera periódica, ya que era un empleado de confianza para los representantes del bingo.
Ante la consulta de si hay o no una orden por escrito, respondió que no tiene un día fijo para el traslado de caudales porque los directivos llaman en cualquier momento y piden el acompañamiento.
Las contradictorias versiones dadas por los jefes policiales son si Santacruz estaba de salida o de ingreso a su guardia, además si los encargados de la casa de juegos se presentaron en la comisaría 11ª para solicitar el acompañamiento o solo llamaron al policía asesinado para pedirle sus servicios.
Además, que vaya como conductor en el vehículo despertó mucha curiosidad, pues si iba como custodio no debía estar en el volante, teniendo en cuenta que de esa forma su reacción ante este hecho se vio totalmente limitada. Si no hubiera estado conduciendo podría haber repelido a los asaltantes que acabaron con su vida. Tampoco llevaba algún tipo de protección extra como un chaleco antibalas.
Sin protocolo
La comisario María Elena Andrada señaló que en la institución, para los servicios de transporte de caudales, “no tiene ningún protocolo, por lo que solo basta con el pedido de los representantes de las firmas o los negocios al jefe de la comisaría jurisdiccional solicitando el acompañamiento”.
Ante la falta de una pauta, el jefe de la dependencia policial da el permiso para que se lleve a cabo, pero conforme a la disponibilidad del personal en ese momento.
Andrada también señaló “evidentemente la responsabilidad de estipular las pautas para los procedimientos, siempre parte del jefe de comisaría”.
Esto es porque “se presume que cada jefe y subjefe de comisaría, por la antigüedad, la experiencia que recogió en los años de carrera en la institución, tiene la noción mínima de los detalles que se deben tener en cuenta al momento de acompañar un caudal”.
Subrayó que “el protocolo para estos servicios queda a criterio de cada jefe de comisaría”.
En patrullera y con uniforme
Sobre la cuestión de los servicios de acompañamiento a entidades o empresas para el transporte de caudales, el director de Policía de Asunción, comisario Silvio Horacio Cantero Vázquez, manifestó a la prensa que lo recomendable es que se haga siempre con una patrullera policial y con uniforme.
Teniendo en cuenta eso, se lleva a cabo de la siguiente manera “el gerente o el funcionario de la empresa se va en su vehículo particular y el policía le sigue en una patrullera, de esta forma termina el servicio y el oficial ya retoma su patrulla.
Cantero recalcó que “es lo que siempre se le recomienda al jefe de comisaría”.
Refirió que las personas pueden solicitar el acompañamiento, “nosotros decimos que la gente acuda, solicite el resguardo policial, entonces con una patrullera o con una moto la Policía le sigue al auto o la camioneta en la que se lleva el caudal”.
Guardias privadas son “pro bolsillo”
Indignados, familiares de policías denuncian que comisarios obligan a sus agentes a realizar guardias privadas y se “embolsillan” la recaudación. Esto incluso ocasionó la muerte del suboficial Santi Figueredo Santacruz, de la Comisaría 11ª de Asunción, mientras realizaba la custodia de caudales.
Este lunes, incluso llegarán hasta la Comandancia y en el Ministerio del Interior para solicitar una reunión y entregar una nota en la que exigen una reglamentación y protocolo para la custodia de caudales. Además, que se “blanquee” el cobro por el servicio que hasta el momento es dinero fácil para la “corona” y nunca para reparar ni siquiera una patrulla.
Nelly Cortesi, vocera de la Coordinadora de Familiares de las Fuerzas Públicas, repudia la muerte del suboficial Santi Figueredo Santacruz y lamenta las prácticas que realizan las fuerzas policiales para el “pro bolsillo” de los comisarios de turno, pero nunca para reparar patrulleras, ni comprar armas o balas para los agentes policiales.
Preocupados, los familiares de policías van a presentar este lunes una nota en la Comandancia y otra en el Ministerio del Interior en el que exigen una reglamentación y protocolo para la custodia de caudales. Además, exigen que se “blanquee” el cobro por el servicio privado. “Los oficiales están atados de manos, pies y boca. Nada pueden reclamar y tampoco cuando le ordenan ni pueden negarse a realizar estas guardias privadas que ponen en riesgo sus vidas. Es descabellado que se maneje así esta institución”, repudió Cortesi, ayer en conversación con ABC Color.
En otros países esto se reglamenta y protocoliza. “Hay guardias para los estadios, para conciertos y para guardias privadas o cuando va más allá que es el acompañamiento del transporte de caudales, todo está reglamentado en varios países y eso puede servir de guía para implementarlo acá”, enfatizó.