Poliamor: ¿Qué es y qué no es esta forma de amar?

¿Qué es el poliamor y qué no lo es? Esta semana, unas inesperadas declaraciones de la diputada Kattya González (PDP) encendieron todas las alarmas de la sociedad, desde el punto de vista de los convenios sociales relacionados a la monogamia y la fidelidad. La legisladora hizo tambalear a la opinión pública, que, más allá de criticarla o apoyarla, se replanteó ciertos conceptos históricamente establecidos. Pero, antes de decidirse por un punto del debate o por el otro, conviene informarse un poco más al respecto.

Dos hombres y tres mujeres entrelazan sus manos.Shutterstock
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“Yo no soy celosa. Reivindico el poliamor. Me parece una hipocresía hablar de una fidelidad absoluta”, dijo Kattya en unas declaraciones que causaron revuelo. Por un lado, los sectores más conservadores y cerrados a discutir vínculos diversos más allá de la pareja monógama heterosexual se escandalizaron. Por el otro, aquellos que ven en las relaciones poliamorosas -con más de dos integrantes- tampoco quedaron contentos, porque igualó este modo de amar con la infidelidad, donde el punto de partida es la existencia de una o más personas engañadas.

Simón Cazal, poliamoroso, fundador de la organización Somos Gay, y además quien logró el primer matrimonio homosexual en Paraguay -aunque tuvo que contraer nupcias en la provincia argentina de Rosario- nos brindó un panorama claro y extenso sobre el concepto de poliamor, un estilo de vida que es una realidad en Paraguay, aunque no asumido en forma abierta por muchas personas, por el temor a los preconceptos y al juicio del sector más conservador.

La diputada Kattya González esta semana puso sobre el tapete informativo el debate sobre el poliamor, y hasta hoy, el tema se mantiene en la cresta de la ola. Con detractores y partidarios, Kattya logró instalar un debate que Cazal considera necesario, aunque reconoció que le parece desafortunado y desinformado que la parlamentaria haya mezclado el poliamor con el concepto de la infidelidad.

La transparencia es clave

Para Simón Cazal, el poliamor, así como cualquier otro vínculo, debe basarse en conductas transparentes, éticas y honestas, pues faltar a la verdad daña sicológicamente a las personas sin importar el tipo de relación que escojan”.

Basado en sus años de experiencia estudiando la sexualidad humana desde sus distintas aristas, Cazal nos aportó un interesante panorama para conocer qué es exactamente el poliamor, y qué no lo es.

La sociedad lo tiene hasta el momento como un tema tabú, pero, ¿realmente merece el rechazo tan rotundo? ¿Qué hay detrás del miedo a siquiera hablarlo? ¿Hay personas que lo practican sin sacarlo a la luz?

Lea: Poliamor, relaciones abiertas y diversidad relacional

Lo primero que Simón dice es que no hay un comienzo usual en el poliamor. Si bien su historia particular empezó con su matrimonio con Sergio López, en el 2012, y luego ambos incluyeron en sus vidas a Adolfo Ruiz, los casos son tan diferentes como tipos de personas existen.

También puede darse el caso de que varias personas poli se conozcan y decidan iniciar un relación, nos explica el activista social.

Consenso y comunicación son la clave para el poliamor

Los “moldes” que adquieran las relaciones dependen del acuerdo entre las personas que forman parte. Es por eso que el consenso es fundamental, y este no se consigue sin comunicación.

En este sentido, dijo, es importante no estereotipar las relaciones que no son monógamas, y confundir conceptos con otros que no son poliamor.

“Toda relación construida en consentimiento de las partes es digna de respetar. No entran otros tipos de relaciones. No sos poliamoroso por tener varias mujeres, tenés varios vínculos pero estás siendo mentiroso y definitivamente no es nada ético, por eso no debe confundirse con poliamor. El poliamor busca construir relaciones basadas en la honestidad. Cualquier relación que no siga esos principios es dañino a la emoción”, detalló Simón Cazal.

Diferencias de poder

Todas las relaciones poliamorosas tienen que tener en común una comunicación muy honesta, clara, el consenso y, como punto importante, las diferencias de poder en el género, cuando hay diferencia de sexo en las personas.

“En relaciones de dos chicas y un muchacho, o de dos chicos y una chica, la dinámica de poder en esas dos triejas (pareja de tres) es totalmente distinta, la forma en que se resuelven conflictos también lo es. No necesariamente hay jerarquía entre ‘quién llegó primero’ y después al vínculo. Depende mucho de cómo se arma la célula poliamorosa”, expuso Cazal.

En todas estas perspectivas, el respeto del consentimiento de todos los integrantes de la “polícula”, es básico para que funcione.

Sin límites, pero con calidad

Sobre cuántas personas pueden integrar un vínculo poliamoroso, no hay límites, dice Simón, pero se debe considerar que un vínculo responsable toma tiempo. Está basado en el cuidado, y para cuidar bien a cada pareja, es importante dedicarle tiempo a cada una. Es por eso que tener muchas parejas podría debilitar la calidad de los vínculos y hacer sentir desatendida a alguna de las parejas.

En otro orden, Simón aclaró que la poligamia, por ejemplo, no es poliamor. “Poligamia es un hombre que tiene muchas mujeres; una relación jerárquica del hombre arriba y las mujeres abajo, con una cuestión de servidumbre y explotación en muchos casos. El poliamor en cambio, no es una relación de sometimiento”, ejemplificó nuestro entrevistado.

Es válido arrepentirse de ser poliamoroso

Así como una persona puede dar su acuerdo en primera instancia, también tiene derecho a arrepentirse y decidir retroceder de este estilo de vida. “No necesariamente porque le hará daño sino porque no es lo suyo, y eso es legítimo. Uno puede no sentirse cómodo en cualquier momento, y se respeta la autonomía de la persona. Se busca una salida para que ya no se vea afectada. Lo saludable es no someter a nadie en cualquier tipo de relación”, manifestó Simón.

Además, aunque a algunos les cueste creerlo, es posible que exista el poliamor sin sexo, pues los miembros de la célula poliamorosa pueden sentir un deseo hacia el otro sin querer precisamente llegar a la intimidad.

Esto, según Simón, se explica perfectamente si se tiene en cuenta que existen muchas personas asexuales. “El sexo no es vinculante. Es amor repartido entre muchos y es un vínculo más emocional que puede o no incluir en vinculo sexual”, resaltó.

Derechos, bienes y la economía

Un punto interesante, en el que no está de más pensar, es cómo se manejarían las cuestiones legales de propiedades, bienes, etcétera al adentrarse a este estilo de vida, ya que todos los integrantes de la relación deben - en teoría - tener los mismos derechos económicos y legales.

Sobre esto, aunque se lea repetitivo, Simón remarca de vuelta que la clave está en los acuerdos. “Hay diferentes formas. En nuestra experiencia llegamos a un acuerdo legal por escrito, equitativo. Pero varía. Hay formas legales de resolver cuestiones de propiedad y derechos adquiridos por la polícula”, señaló.

Cuando se llega a la convivencia entre personas poliamorosas, también entran a tallar los acuerdos sobre la distribución de gastos en la casa, y todo depende de las condiciones que se establezcan previamente. “En general es más fácil vivir una relación poliamorosa entre varias personas adultas, porque los trabajos de cuidado se distribuyen entre mas gente, el mantenimiento de la casa, los gastos la comida, todo se divide entre mas personas”, dijo Cazal.

¿Es posible el poliamor si hay hijos?

-La mayoría de las personas poliamorosas son heterosexuales, por lo que sí, existen hijos. Es posible. Usualmente las personas heterosexuales en arreglos poliamorosos con hijos suelen tener mejores experiencias cuidando a sus hijos entre varios adultos. Alivian a mucho la carga de cuidado.

-Solemos compartir experiencias en comunidad y usualmente nos dicen que esto es posible. La relación de cuidado consentida entre adultos no tiene por qué afectar negativamente a los niños. Está demostrado que termina siendo más productivo y saludable para los hijos, porque tienen más adultos que los atienden, y pueden responder a sus necesidades.

¿Necesariamente se requiere que los integrantes de la pareja vivan en la misma casa?

-No. En las parejas heterosexuales es más común que evolucionen hacia el poliamor. Las relaciones que se conforman en distintas casas pueden tomar distintas formas. Son acuerdos ya de logística, decisiones prácticas. No es necesario vivir todos juntos, pero lo hace más fácil en algunas cosas, y más complicado en otras.

Los celos nunca desaparecen

Los celos, sin duda, son un punto importante sobre el que preguntamos, pues son un sentimiento humano, independientemente a la opción de vida que uno elija.

Y efectivamente, los poliamorosos no están exentos de sentirlos. “Son parte de la humanidad. Uno puede celar de un amigo, de un jefe, no necesariamente de una pareja. Lo primero sacar a los celos de su atadura con las relaciones amorosas. En las relaciones poli se debe poder hablar de cuando me siento celoso. No desaparecen mágicamente, uno va a seguir celando pero no en el sentido tóxico. Es muy importante adquirir lenguaje emocional para poder lidiar con ello cuando aparezcan, y pedir reafirmación cuando haga falta”, detalló Cazal.

Y, así como de los celos nadie se salva, tampoco están ausentes los conflictos. Enojos y discusiones normales también son una realidad que en el poliamor se sortea siendo honesto.

Pero, para Simón, no se complica tanto el escenario. “En mi experiencia ha sido más fácil resolver conflictos en la relación poli. En la monógama se tiende a caer en vicios que la religión pone, y nuestros estados arrastran. Hay un “tenés que” que la sociedad espera. Ese ruido se mete mucho en la cultura y uno termina reproduciendo formas de violencia al interior de la pareja. Vencer el miedo de expresar los sentimientos es la clave de cualquier relación saludable”, puntualizó Cazal.

¿Cómo se recomienda que sea el cuidado de la salud sexual cuando se practica el poliamor?

-Cuanto más parejas, más riesgos, siempre. Una pareja que se miente, sea monógama o poli, pone en riesgo al otro. La monogamia no te salva de prevenir infecciones, es la comunicación. Hacerse cargo de cuando tuviste contacto sexual con otras personas y hablar con tus vínculos. Hacer acuerdos. Todas las estrategias vuelven a la comunicación.

En conclusión, resaltó que una manera de entender el poliamor es comprender que “uno no ama de la misma manera a todo el mundo. Cada sentimiento es único”.

Para tener en cuenta:

Para evitar confundir conceptos, a continuación le contamos sobre otros estilos de vida que no son poliamor. Aprenda a diferenciarlos

Amor libre: Una tendencia que repudia el matrimonio pues lo considera un modelo impuesto socioculturalmente, y creen que ni el Estado ni la iglesia deben involucrarse en la vida privada de las personas.

Polisexo: Es un involucramiento emocional o sexual con personas de varios géneros.

Poliamor: Es un neologismo formado por poli, del griego pluralidad, y amor, que involucra sentimientos de las personas.

Pareja abierta: Se acuerda la “no exclusividad” de la pareja y se tiene licencia para relacionarse sexualmente con otras personas, sin que exista la necesidad de que las parejas se conozcan entre ellas.

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