Tanto la adolescente de 14 años como su presunto cómplice, Walter Escobar Gavilán (22), ambos detenidos por agentes de la Comisaría 16ª Metropolitana, confesaron que habían arrojado a una vivienda abandonada detrás del mercado de Abasto -no muy lejos del lugar donde fueron detenidos- la riñonera blanca de la víctima, según confirmó el subcomisario Christian Lugo, subjefe de la comisaría jurisdiccional.
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Además de dicha evidencia, los presuntos implicados dejaron en la escena del crimen el puñal con el que hirieron fatalmente a la víctima, tanto a la altura del corazón como del cuello.
El crimen conmocionó a la ciudadanía, tanto por la brutalidad del ataque, como por lo precoz de la presunta asesina, que según datos de la Policía, hace tiempo ya desarrollaba una vida criminal, en parte instigada por Escobar Gavilán, pero también por otros factores como su difícil vida en la calle fruto del abandono paterno, el presunto consumo de estupefacientes y la imposibilidad de sus familiares de reencausarla.