“Paraguay dispone de abundante energía eléctrica limpia y renovable a través de las centrales hidroeléctricas binacionales y la propia Acaray. Sin embargo, estas centrales se encuentran alejadas de los principales centros de consumo, por lo cual es necesario fortalecer el sistema de transmisión eléctrica y, a la vez, gestionar la demanda eléctrica que crece a un ritmo anual del 7%”, señaló la ANDE hoy al concretarse la firma de contratos de préstamos con el BID y la JICA.
El Ing. Félix Sosa, presidente de la ANDE; Edna Armendáriz, representante del BID en Paraguay, y Yasushi Fukui, representante residente de la JICA, suscribieron el contrato de préstamo por un total de US$ 155 millones, tras la aprobación por parte del BID, en mayo de 2020, del crédito de US$ 70 millones, que es complementado con US$ 85 millones de cofinanciamiento por el Gobierno del Japón. La ANDE es el organismo prestatario y ejecutor del proyecto.
El financiamiento permitirá el tendido de una línea de transmisión de alta tensión entre Yguazú en el Sistema Este, y Valenzuela en el Sistema Metropolitano, y la ampliación de estas subestaciones.
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La construcción de la Línea de Transmisión de 500 kV Yguazú – Valenzuela favorecerá a la calidad del suministro, y a la estabilidad de la operación del Sistema Interconectado Nacional (SIN), en forma completamente interconectada, principalmente para una adecuada y necesaria redistribución de los flujos de potencia, que conlleva a la disminución de las pérdidas técnicas en el sistema de transmisión y a atender los requerimientos del sistema eléctrico, para satisfacer el crecimiento vegetativo de la demanda del SIN.
El proyecto también contempla la instalación de medidores digitales entre los sistemas de transmisión y distribución para monitorear los flujos de suministro en tiempo real, cuantificar con mayor precisión las pérdidas de energía, y diseñar métodos eficaces de reducción.
Además, se reemplazarán 28.000 artefactos de iluminación pública de alto consumo por lámparas eficientes LED en zonas de Asunción, y se invertirá en medidas de eficiencia energética en cuatro edificios de la ANDE, como muestra del compromiso de la institución con el uso de la energía eficiente y sostenible, aseguran.
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Con este financiamiento, la ANDE recibe además apoyo de asistencia técnica para una serie de actividades prioritarias, entre las que se destaca el diseño de dos plantas con energías renovables no convencionales: una en la comunidad indígena de Puerto Esperanza (Bahía Negra), sin acceso a energía, y otra experimental en el predio de la central Acaray con fines académicos y de capacitación en nuevas tecnologías como la solar fotovoltaica en tierra y flotante, eólica, baterías de almacenamiento y generadores de back up a hidrógeno verde. “Paraguay tiene un gran potencial para emprendimientos con energías renovables no convencionales”, resaltan.
Al mismo tiempo, la asistencia técnica incluye el desarrollo de un plan de acceso universal a la energía para que el servicio eléctrico llegue a las poblaciones que aún no tienen ese servicio. El país tiene una alta tasa de electrificación (>99 %), pero la brecha se centra en el área rural, principalmente en las comunidades indígenas instaladas en el Chaco paraguayo. “El servicio energético es fundamental para la salud, educación, la economía, y el bienestar de la sociedad”, concluyen.