El agente fiscal imputó a Juan Isidro Agüero, de 31 años, por el hecho punible de tentativa de homicidio, robo agravado y toma de rehén. Esta mañana, el juzgado interviniente dispuso su prisión y que por ende sea remitido la cárcel.
El procedimiento policial dejó otro detenido, pero el fiscal Segovia dispuso la liberación de esa persona esa misma tarde, tras analizar las cámaras de seguridad y comprobar que no era el cómplice de Agüero.
Lea más: Delincuente puso en vilo a Ñemby, al tomar rehenes, en su intento de escapar de la Policía
Alrededor de las 10:00, sobre la avenida Pratt Gill casi 1º de Mayo de la ciudad de Ñemby, se encontraban Agüero y otra persona, sobre una motocicleta Taiga TL 150 roja, con matrícula 639 BVZ, aparentemente, esperando a un comerciante para emboscarlo y asaltarlo, según la sospecha policial.
En un momento dado apareció por la zona una motocicleta con dos policías del Grupo Lince, que hacían patrulla por el lugar. Agüero, al verlos, sacó una pistola Glock calibre 9 milímetros y efectuó disparos contra los agentes para cubrir el escape, pues pensó que habían sido descubiertos e iban por ambos.
Agüero dejó la moto y huyó; ínterin en que tomó como rehén a una mujer, luego abordó un vehículo, conducido por una mujer que estaba acompañada de su madre y su bebé. De inmediato estas personas bajaron.
.Juan Agüero posteriormente condujo el vehículo que acababa de robar, un Toyota Premio, por varias cuadras, pero terminó chocando contra un muro de cemento, cerca de un taller, por lo que decidió abandonar el vehículo y correr hacia otro, pero sin liberar a la mujer a la que la seguía teniendo como rehén.
Agüero encontró un Toyota Noah en ese lugar y decidió liberar a la mujer, pero esta vez tomó como rehén a un hombre de apellido Martínez, quien resultó ser un suboficial retirado. Fue así que Martínez inició la marcha del rodado, intimidado por el arma que le apuntaba el delincuente.
Martínez, por experiencia en el ámbito policial, ingresó a una calle empedrada para no circular a alta velocidad. También dio varias vueltas por la zona. Todo esto para que los policías le den alcance, lo que ocurrió minutos después. Agüero se percató de esa acción y le pegó un culatazo por la cabeza el suboficial retirado, para luego bajar del furgón y escapar a través de un pasillo, ya en la zona de Barcequillo, San Lorenzo.
Agüero ingresó a una vivienda precaria donde estaban una mujer y sus cuatro hijos pequeños, quienes también fueron tomados como rehenes. Todos ellos fueron obligados, bajo amenazas de recibir un disparo, a guardar silencio para no alertar a la policía que iba rodeando la zona.
Pero igual la policía fue alertada y de esta forma detuvieron a Agüero.