Al menos 35 militares debían morir en emboscada del EPP en San Pedro

El grupo terrorista EPP, que asesinó en un atentado con bombas a tres militares del bloque de seguridad CODI, pudo haber matado a 35 uniformados, como realmente lo había planeado, si es que ejecutaba la emboscada 24 horas después. Gracias a que los criminales se apuraron, no se consumó lo que iba a ser la peor masacre en la historia moderna del Paraguay.

Todos los militares asesinados por el EPP. 1- César Antonio Fernández Carballo. 2- Mario Francisco Ávalos Cañete. 3- Hugo Andrés Monges Ramírez. 4- Félix Fernando Fernández Duarte. 5- Lucio Dejesús Torrasca Galván. 6- Eder Ramón Arias Cáceres. 7- Robert Fabián Cañete Pereira. 8- Hugo Alberto Candia Benítez. 9- Genaro De Jesús Arias Palacios. 10- Pablo Farías. 11- Sergio Daniel López. 12- Lauro Ramón Monzón Acosta. 13- Eulalio Espinoza. 14- Mauricio Pérez Paredes.
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El ataque del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) contra un convoy del Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI) ocurrió el jueves a las 15:00 aproximadamente en un camino de la estancia Pa’i Kuara, aún en jurisdicción del departamento de San Pedro, pero justo en el límite con Amambay y Concepción.

Los terroristas detonaron una garrafa de 13 kilos llena de explosivos y metrallas que enterraron en el camino de un camión militar Mercedes-Benz.

Este vehículo de gran porte, literalmente, voló en pedazos y sus tres ocupantes murieron en el acto.

El camión militar Mercedes Benz quedó desintegrado con la explosión provocada por el EPP. Una garrafa de 13 kilos fue utilizada como bomba.

Los asesinados resultaron ser los sargentos primero Lauro Ramón Monzón Acosta (30), Eulalio Espinoza (29) y Mauricio Pérez Paredes (26).

Otros seis militares se salvaron ya que venían detrás en una camioneta Toyota. Todos son elementos de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), que a su vez es el ala operativa del CODI.

Rutina descubierta

El colosal ataque del EPP fue ejecutado luego de que los terroristas descubrieran que ya era prácticamente una rutina que los militares usaban ese camino para el relevo de sus tropas.

De hecho, el camión desintegrado en la explosión era el que se usaba para llevar y también recoger a los personales apostados en los retiros y cascos centrales de las estancias de la zona.

Aparentemente, el EPP vigiló el desplazamiento del mismo convoy durante unos días, periodo en el que se dieron cuenta de cómo y dónde podían colocar la poderosa bomba.

Los del EPP habrán pillado que el citado camión Mercedes-Benz salía casi cada día del destacamento SAP 6 con al menos 35 hombres a bordo.

Habitualmente, el rodado iba dejando cinco hombres en un establecimiento y retirando otros cinco del mismo lugar.

Por aquellas casualidades milagrosas, esta vez el camión estaba haciendo el mismo recorrido, pero solo con tres militares, ya que se estaba dirigiendo al retiro Perú de la estancia Pa’i Kuara para alzar en el lugar a los primeros cinco hombres que debían ser relevados.

Las partes de la cabina del camión quedaron esparcidas en un radio de por lo menos 70 metros. Atrás de esta pieza siniestrada, se ve un helicóptero militar.

Faltaban solo 3,5 kilómetros

Al convoy militar le quedaban solo 3,5 kilómetros para llegar a su destino, luego de haber recorrido ya 25 kilómetros desde su destacamento SAP 6, que queda sobre el antiguo tramo de la Ruta 11 que lleva a Capitán Bado. El camión atacado pasó previamente por las estancias Toroveve y Santa Clara.

Justo ese día de la emboscada se suspendió el envío masivo de tropas en el citado camión, porque el relevo completo del personal estaba previsto recién para el día siguiente, a la misma hora.

Es decir, si el EPP no se apuraba y ejecutaba la emboscada 24 horas después, el saldo de muertos iba a ser de por lo menos 35 militares, tal como lo venían planeando los criminales.

Pero como el camión tenía su habitual capota que cubría toda la carrocería, los maleantes no se dieron cuenta de que estaba casi vacío.

Es por eso que el EPP utilizó una bomba tan poderosa esta vez, porque pretendían hacer volar un camión lleno de militares. La cantidad de explosivos superó incluso a la que se utilizó en 2016, cuando mataron a ocho militares en un ataque idéntico.

Se salvó gracias a una botella de agua

Entre los seis militares que se salvaron de morir en el atentado del EPP, estaba uno que inicialmente tenía que viajar en el camión siniestrado.

En su declaración ante la Fiscalía, el citado militar explicó que le ordenaron ir en el camión Mercedes-Benz, con los otros tres que morirían, pero que justo se olvidó de su botella de agua en el destacamento y por eso el camión salió antes de que él lo abordara.

Como quedó rezagado, el efectivo subió presuroso a la camioneta Toyota Land Cruiser que iba de escolta.

Este último rodado estaba a 150 metros del camión cuando ocurrió la explosión. Sus seis ocupantes, aunque dispararon sus armas, no pudieron ver a los terroristas del EPP.

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