La comunidad de San Carlos pertenece al distrito de Fuerte Olimpo, se ubica a unos 110 kilómetros del casco urbano, hacia el interior del Chaco, y allí viven familias de escasos recursos económicos.
Una de sus habitantes es doña Evarista Benítez de Ferreira (70), quien debe encargarse del cuidado diario de su hija de 47 años, que está postrada en cama, ya que padece discapacidad de nacimiento, y en idéntica situación se encuentra su marido Daniel Ferreira (76), quien sufrió un ACV y desde hace 7 años también esta encamado, sin poder valerse por sí mismo.
La mujer debe luchar de manera constante para cuidar a sus familiares, ya que no pueden realizar nada por sí mismos; es más, ni siquiera pueden hablar.
Familia sobrevive en la miseria ante abandono estatal en Fuerte Olimpo
En esta situación de absoluta pobreza, doña Evarista sobrevive de la caridad de lo poco que pueden darles sus vecinos, también de condición muy humilde.
El marido percibía el subsidio de la pensión de adulto mayor y desde hace 3 años el Ministerio de Hacienda lo dejó fuera del programa porque se percató de que tenía unos 20 animales vacunos, que para la fecha se le están acabando prácticamente.
La mujer inició las gestiones también hace 3 años para acceder al cobro de la pensión que por ley le corresponde; sin embargo, hasta hoy no puede lograr dicho beneficio.
Al respecto nos comunicamos vía mensaje de texto con el viceministro de Economía del Ministerio de Hacienda, Iván Haas, explicando la urgencia del caso, para que la pareja de ancianos pueda lograr el cobro de dicha pensión estatal; sin embargo, pese a que leyó los mensajes, no recibimos una respuesta.
Mientras se aguarda que desde el Ministerio de Hacienda apuren las gestiones para que doña Evarista y su pareja logren obtener el cobro de la pensión, la mujer con ayuda de sus vecinos colocaron algunas chapas viejas de tambor alrededor de su precaria vivienda para hacer frente al intenso frío.
Minúscula ayuda
Entretanto, funcionarios de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) realizaron un largo viaje de más de 800 kilómetros desde Asunción para acercar a la familia una pequeña ayuda consistente en 20 chapas de zinc, 15 tirantes de madera, 4 colchones, 4 frazadas y un kit de víveres. También recibieron unos pocos alimentos imperecederos por parte de un ganadero de la zona.