En el caso de la central paraguayo/brasileña, apuntábamos en entregas anteriores que en 37 años de producción y, por ende, de cesión del 83.4% de la energía paraguaya, recibió una tarifa promedia de US$ 4,04/MWh, lejos del “justo precio” que consagró el Acta Final de Foz de Yguazú de 1966 , y más distante aún de los valores considerados normales el mercado eléctrico regional.
Yacyretá, el emprendimiento paraguayo/argentino, territorial y ambientalmente más costoso para la República del Paraguay, el cuadro es casi surrealista, porque en sus 27 años de operación, hubo meses de varios años en los que la participación paraguaya en el aprovechamiento de su energía no alcanzó el 1% del total generado, inclusive no le pagan siquiera por la energía que cede a la Argentina.
De acuerdo con el último informe disponible, inclusive en esta coyuntura de necesidades extremas y un incremento vertiginoso de nuestra deuda externa, nuestros privilegiados socios nos deben US$ 100 millones, con raíces que se hunden inclusive en el 2019.
El desglose de la deuda argentina por cesión de energía es como sigue: 2019, saldo deudor, U$S 26 millones. 2020, saldo deudor, US$ 52 millones y 2021, sin registros de pagos pese a que el primer semestre ya pasó, US$ 22 millones. Debe destacarse también que las sumas de referencia no traen el desglose entre el principal y los intereses por mora. Tal vez porque, por extraño que parezca, nuestro país no exija las cargas punitorias correspondientes.