Piden no eliminar valor social a las billeteras electrónicas

El aporte social y esencial que durante esta pandemia están brindando las operaciones con la billetera electrónica no debe ser eliminado pide a los legisladores una comerciante, en vista al tratamiento de este tema en el Senado, este jueves.

Local de Max Cell, situado sobre la ruta PY01, en el barrio Kennedy de Capiatá, departamento Central.
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La propietaria de un punto de venta que brinda servicios de transferencias a través de las billeteras electrónicas, Letizia Meza, propietaria de la tienda Max Cell, situada sobre la ruta PY01, en el barrio Kennedy de Capiatá, destacó el valor y aporte social que tiene la billetera electrónica, con las operaciones que se vienen haciendo en el marco de la pandemia, que son esenciales.

“Desde que inició la pandemia, y más con el aumento de casos, un alto porcentaje de nuestros clientes recibe y envía dinero a través de las billeteras electrónicas para colaborar con sus amigos o familiares enfermos”, expresó.

Comentó que la gente pide por ejemplo “haceme un giro por 20.000 para Ña Patricia, que está enferma; vengo a retirar plata para mi abuela que se enfermó y le tengo que comprar remedios; quiero colaborar con la pollada que está haciendo mi amiga en Atyrá, enviálena un poco este 50″ y otras solicitudes similares, según repitió la señora Letizia Meza.

Enfatizó que las transferencias de dinero a través de las billeteras electrónicas se han convertido en el principal medio para recibir o brindar ayuda a los enfermos durante la pandemia, acortando distancias y acercando a muchas personas afectadas por el distanciamiento físico.

Práctico y fácil

Manifestó que así como viene funcionando la billetera electrónica es muy práctico y fácil para las ayudas entre las personas y en especial si se trata de gente que no tiene acceso a los bancos, que son todos sus clientes, que viven en los suburbios de Capiatá. Mencionó que las personas mayores, cuando logran concretar una transacción sin ayuda, se emocionan y se sienten sumamente agradecidas”.

La propietaria del local Max Cell comentó que conoce a casi todos sus clientes, muchas son personas mayores a las que por lo general no se les tiene paciencia. “Imaginate cómo les va a afectar una ley que complique las operaciones minoristas”, contrapuso.

“Sería bueno que los legisladores se interioricen, que salgan y que vean qué está pasando después de Calle Última. Hay personas que juntan moneditas o billetes de 2.000 y 5.000 para enviar un giro que puede significar un respiro para alguien necesitado, o hay gente que camina cuadras y cuadras para retirar G. 15.000, G. 20.000 o, con suerte, G. 50.000”, expresó.

Desde la cadena de las empresas telefónicas, se espera que los senadores mantengan su versión con los cambios que introdujeron en la Ley de Servicios de Confianza y que permitirá al ente regulador establecer los niveles de seguridad de las transacciones, acorde al volumen de las mismas, para no eliminar el valor social que tiene.

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