Un claro ejemplo es la sofisticada cámara de seguridad montada sobre una columna de metal en el paseo central de la avenida Mariscal López entre las calles República Francesa y Coronel Irrazábal.
Literalmente, frente a ella se produjo el viernes al mediodía el asalto contra el móvil de la casa de cambios Triple C, pero la cámara no grabó el ilícito.
Las únicas imágenes que se tienen hasta ahora, pero que tampoco son concluyentes para identificar a los responsables, son de una cámara de una empresa privada que queda en la misma dirección.
Según este sistema de circuito cerrado, el golpe se inició a las 12:35:55, cuando el Toyota Spacio de los asaltantes le cerró el paso a la camioneta Isuzu D’Max de las víctimas.
El atraco terminó a las 12:36:40, cuando los malvivientes escaparon de la escena y entraron de Mariscal López a la calle Coronel Irrazábal.
Irónicamente, el ministro del Interior, Arnaldo Guizzio, ni bien asumió el cargo en enero de este año, había ordenado el cese de las barreras policiales y controles ruteros porque supuestamente era inminente la implementación del sistema de videovigilancia.
Por otro lado, el jefe de la Agrupación de Seguridad de la Policía, comisario principal Juan Agüero, enseñó ayer el oficio de la fiscala Fátima Britos, mediante el cual se ordena custodia policial a la casa de cambios Triple C. Uno de los agentes comisionados fue herido en el último atraco.