En este momento, el número de pacientes que esperan atención intensiva es de 64, de los cuales ocho se encuentran intubados, y siendo atendidos en salas de reanimación esperando entrar a terapia.
El dato es alentador, porque la estadística está bajando, aunque sigue habiendo una necesidad insatisfecha.
Esta disminución tiene que ver con el periodo en que los pacientes permanecen en terapia intensiva. Se apunta a que la cantidad vaya bajando en relación a los pacientes que fueron diagnosticados por COVID. Es decir, que conforme haya menos contagios, habrá también menos casos en terapia intensiva.
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Se espera que descienda ocupación de camas
Los pacientes quedan en terapia en un promedio de 15 a 20 días, recién después de ese tiempo, es decir, en las siguientes dos semanas, se empezará a ver un nuevo descenso de la ocupación de camas.
En cuanto a la demanda de oxígeno en el sistema público, afirmó que “nunca hubo mucho problema en el suministro, pues los equipos que se utilizan dentro de las unidades son capaces de regular el consumo y tienen un límite determinado”.
El problema, dijo, siempre estuvo en los equipos que están fuera de la terapia donde los encargados de regular el consumo son los médicos y enfermeras, que van abriendo un poco más el flujo en respuesta la saturación del paciente.
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Sector privado sigue recibe pacientes más ágilmente
Comentó que siguen tiendo derivaciones al sector privado, que es el que más camas está aportando en este momento, y tienen desocupaciones mucho más ágiles, por lo que se puede derivar pacientes más rápido al sector privado que al propio sector público, dijo el funcionario.
Desde que todo comenzó, ya fueron atendidos en camas de terapia intensiva del sector privado 3.000 pacientes. Esos son los que están beneficiados bajo la ley de costo cero.
Desde el principio de la pandemia, en el sector público fueron atendidos 6.200 en el sector público.
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