La celebración eucarística estuvo a cago del Monseñor Edmundo Valenzuela y tuvo por objetivo acompañar pastoralmente a las familias que han sufrido la pérdida de un ser querido, sobre todo a aquellas que no han podido despedirse ni encomendarlo a la misericordia de Dios mediante el rito excequial.
Es importante aclarar que se trata puntualmente de los fieles que han fallecido durante el tiempo de esta pandemia (tanto a causa del virus como de otras circunstancias).
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“Muchas familias no pudieron despedirse de sus seres queridos como lo hubieran querido. El covid ha cambiado de hacerlo. Hemos experimentado muertes rápidas. El no haber podido decir adiós con al menos un abrazo ha impactado la vida psíquica y espiritual en los familias, quienes hoy precisan de un consuelo moral y espiritual”, apuntó el monseñor Valenzuela.