“Si bien tenemos controlados a estos grupos, el control no es total (…) Es difícil el control al 100%”, fueron las inéditas declaraciones de Apesteguía a dos días de conocerse el asesinato de Jorge Ríos por parte de criminales de un grupo de delincuentes que se autodenomina Agrupación Campesina Armada–Ejército del Pueblo (ACA-EP), una escisión del EPP.
Para el vocero de la FTC, los secuestros y los hechos delictivos “no son acciones sostenidas” de los criminales, pese a que estas mismas personas asesinaron a un ciudadano brasileño y secuestraron por error a su esposa por unos días el pasado 12 de junio.
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Sobre la fácil movilidad de estos delincuentes a través de la frontera con el Brasil a través del río Apa, Apesteguía manifestó que “ni Estados Unidos” puede controlar por completo sus fronteras y reconoció que “es difícil” poder hacerlo.
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Siempre en la línea de defensa de este cuestionado Comando de Operaciones, que supuestamente busca erradicar a los criminales, Apesteguía indicó que en esta ocasión se trabajó desde antes del secuestro de Jorge Ríos con la Policía brasileña y que las detenciones en el caso —una pareja que tenía en su poder el teléfono celular utilizado por los secuestradores del joven— fueron concretadas mediante datos proveídos por autoridades paraguayas.
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Los restos de Ríos fueron encontrados el sábado pasado en horas de la tarde en una zona conocida como asentamiento Caracol, Matto Grosso Do Sul, a unos 70 kilómetros de Puentesiño, con un impacto de bala en la cabeza, tras haber sido secuestrado el lunes 28 de junio. Las autoridades afirman que los líderes de este nuevo grupo criminal son los hermanos Hugo y Feliciano Bernal Maíz.
Siguen secuestrados el policía Edelio Morínigo, el ganadero Félix Urbieta y el exvicepresidente de la República Óscar Denis.