Los hechos ocurrieron entre 1980 y el año 2000, según relataron al diario La Nación de Argentina siete mujeres que decidieron contar su historia. Las mujeres que integran este grupo que se atreve ahora a levantar su voz fueron supuestamente engañadas con la promesa de educación, sin embargo, lo que les tocó fue aprender los quehaceres domésticos, sin ningún contacto con sus familias o amigos. Durante muchos años y debido a que la mayoría era muy joven ninguna se atrevió a hablar, a preguntarse por qué las llevaron y no cumplieron con la promesa de instruirlas.
La explicación que recibían era que sus labores eran una ofrenda a Dios, con el compromiso de pobreza, castidad y obediencia. Una sola de ellas dice que por un tiempo firmó recibos y cobró una suma, pero la directora del centro era la que recibía todo.
Una de las paraguayas que habló con La Nación de Argentina es Visitación Villamayor, quien dice que fue al Opus Dei cuando tenía 15 años, provenía de una familia de 10 hermanos, y no hablaba castellano. Le prometieron que estudiaría mediante una beca en Asunción.
Nidia Ojeda es otra compatriota de Pedro Juan Caballero, siempre según el reportaje de La Nación de Argentina, también fue enviada a Asunción a los 13 años. Y Lucía Giménez dijo que fue una esclava, que trabajó 18 años sin recibir nunca un peso.
Las demandas contra el Opus Dei no son nuevas, ya otras personas afirman haber pasado por lo mismo, pero esta vez son 43 mujeres que se unieron a lo largo de estos años y se animaron a levantar su voz. El abogado Sebastián Sal las escuchó y hoy las representa.
Ellas piden expresamente cuatro acciones: “Que el Opus Dei reconozca su error, que les pida perdón a las mujeres, que las compense y que cese con estas actividades”, según reproduce el medio argentino en una nota firmada por Nicolás Cassese y Paula Bistagnino.
El Opus Dei fue fundado por Josemaría Escrivá de Balaguer en 1928, hoy santo de la fe católica, y jurídicamente se constituyó en prelatura personal gracias al también santo Juan Pablo II en 1982.
El Opus Dei es dirigido en la Argentina por el vicario regional, que también se encuentra al frente de las delegaciones de Bolivia y Paraguay. La directora de la rama femenina, Catalina María Donnelly dijo que se sentía triste por estos acontecimientos y expresó su deseo de pedir perdón.