Ayer, funcionarios de Prevención de Incendios de la Municipalidad de Asunción y bomberos voluntarios y de la Policía Nacional estudiaron la zona donde se produjo el principio de incendio que el domingo a la siesta afectó la parte trasera de la histórica Catedral de Asunción. También fueron trabajadores de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC) y del Ministerio de Obras Públicas (MOPC).
El fuego se inició detrás de la Sacristía, debajo de una escalera, donde había una heladera enchufada, explicó el director de Prevención de Incendios de la Comuna, Alejandro Buzó. El siniestro podría haberse generado por “un fallo del sistema eléctrico, un cortocircuito, o una sobrecarga de la heladera”, añadió. Las llamas carbonizaron la escalera, que dataría de 1845, año de la construcción de la Catedral. También se consumieron la heladera y se dañó el revestimiento de las paredes. De la habitación contigua, depósito con artículos de limpieza y de bioseguridad, no quedó nada.
El presbítero Reinaldo Roa, párroco de la Catedral, explicó que el fuego subió hacia el segundo piso, donde anteriormente funcionaba la casa parroquial y ahora guardan ornamentos antiguos, elementos litúrgicos y documentos. Allí no pudieron determinar aún si hay daños, ya que la escalera está inutilizada.
El humo, entretanto, llegó al templo principal y se expandió hasta la tribuna del coro. Todo quedó lleno de hollín, el cual también afectó al órgano de tubos electroneumáticos. El organista Miguel Santacruz explicó que el hollín y la viruta que cae desde el cielo raso afectan a los tubos, que requerirán de un proceso de limpieza.
Debido a que el humo aún permanece en el ambiente, no habrá servicios eucarísticos por lo menos hasta el miércoles, dijo el párroco.
Tras el incendio, el arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, había cuestionado que la SNC no haya intervenido ante la “situación catastrófica” de la Catedral. Además de un sistema de prevención de incendios faltan refacciones en las instalaciones eléctricas y los techos. En efecto son evidentes los daños en el techo, en puertas y ventanas destartaladas, en paredes con importantes grietas y en peligrosas instalaciones eléctricas.
En conversación con ABC Cardinal, el ministro de Cultura, Rubén Capdevilla, reprochó ayer a la Iglesia Católica la falta de cuidado de la Catedral. Afirmó que sí tienen dinero para construir un edificio detrás de la iglesia, sin aprobación de la cartera estatal y que pone en riesgo la estructura histórica en el centro de la Capital. Dijo que los religiosos no pidieron refacciones al Gobierno.
El padre Roa afirmó que si bien no hubo un pedido por escrito, autoridades se reunieron para planificar reparaciones, que no se hicieron. Explicó que el edificio de atrás lo construye la Universidad Católica y que en la Catedral “no hay fondos para refaccionar la iglesia”.
Por su parte, Buzó señaló que hay varios edificios históricos sin sistema de prevención de incendios. La SNC debería propiciar su instalación.