Un aguara guasu rescatado de los incendios fue liberado en los palmares del Chaco húmedo

Un meticuloso trabajo empezó cuando un aguara guasu fue salvado por Víctor Valverde en las cercanías de una aguada del Chaco húmedo, ecosistema compuesto por extensas sabanas de karanda´y, afectado por los incendios en octubre del año pasado. Totalmente recuperado volvió a su hábitat en una experiencia asombrosa para un equipo que hizo todo para salvarle y llevarlo de vuelta a su vida salvaje.

Este raro especímen de nuestra fauna que se encuentra en extinción y es omnívoro consume lagartijas, ranas, roedores, armadillos, peces, insectos, aves junto con sus huevos; y también come frutos, gramíneas y raíces.
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El aguara guasu (Chrysocyon brachyurus), también llamado lobo de crin, especie autóctona del Paraguay, de la familia Canidae, es el cánido más grande de Sudamérica, según explican los expertos. Este animal fue rescatado por Víctor Valverde en las cercanías de una aguada, ubicada en la ecorregión Chaco Húmedo. Lugar donde crecen karanda´y, pastizales, humedales y también hay esteros; donde ocurrieron los incendios el año pasado. Valverde lo halló a orillas de la fuente de agua, donde cayó debilitado, informaron en el Mades.

Varios profesionales del ministerio del Ambiente, a través de la Dirección de Vida Silvestre, dependiente de la Dirección General de Protección y Conservación de la Biodiversidad; la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Asunción (FCV, UNA) a través del Departamento de Recursos Faunísticos y Medio Natural y la colaboración de veterinarios voluntarios, un aguara guasu (Chyrsocyon brachyurus) fue liberado, sano y salvo, en su hábitat natural.

El ejemplar es una hembra juvenil de aproximadamente 5 meses de edad; que se encontraba inconsciente, con un cuadro clínico que hacía dudar de su recuperación. Se aplicaron estudios y luego empezó el tratamiento. La rehabilitación de fauna silvestre estuvo a cargo del Dr. J. Richard Vetter del Departamento de Recursos faunísticos y Medio Natural de la FCV, UNA.

Se tuvo especial cuidado en resguardarle en aislamiento en un recinto que reunía todas las condiciones necesarias para brindarle bienestar y seguridad, evitando el contacto humano y manteniendo sus hábitos de alimentación, con el objeto de preservar conductas propias de su especie, indispensables para sobrevivir en estado silvestre.

Después de un gran esfuerzo por rehabilitarle que duró siete meses, se procedió a su liberación en un lugar con las características necesarias para que siguiera su evolución.

La experiencia fue emocionante, según comentaron sus protagonistas, ya que al abrirse la puerta del transporte, el aguará salió rápidamente hacia los pastizales, se detuvo por unos instantes a observar al equipo, para luego seguir su camino adentrándose de manera muy tranquila.

El animal será monitoreado a través de un chip que le fue insertado para controlar su bienestar. Este raro espécimen de nuestra fauna que se encuentra en extinción y es omnívoro consume lagartijas, ranas, roedores, armadillos, peces, insectos, aves junto con sus huevos; y también come frutos, gramíneas y raíces.

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