Ya existe un precedente de caída de componentes de un cohete en nuestro país, recordó el instructor de Astronomía, Nicolás Masloff, al hablar de cohete chino Long March 5B que avanza fuera de control en el espacio, muy cerca de la Tierra.
Ocurrió el 10 de marzo del año 2018, cuando partes de un cohete chino que se había lanzado en el 2017 cayeron en Canindeyú. Quienes pudieron divisar (e incluso grabar) el inusual hecho afirman que el fenómeno se dio cerca de las 2:30.
En las redes sociales no faltaron las versiones “fantásticas” (aunque la mayoría en forma jocosa y no como una cuestión de ingenuidad) que atribuían el fenómeno a cuestiones más extravagantes como objetos voladores no identificados (Ovnis), la famosa “nube voladora de Goku” -un conocido personaje de la serie de dibujos animados Dragon Ball- o incluso una estrella o meteorito.
En aquella ocasión cayeron varios tanques de combustible de aquel cohete. Esa vez empezaron a circular imágenes, y los expertos en astronomía determinaron que se trataba de un tanque de hidracina, un tipo de combustible que usan las naves espaciales para hacer correcciones de orientación, explicó el instructor Nicolás Masloff.
“Esa vez sabíamos que ingresó sobre nuestro país la noche anterior y la caída fue en una estancia. Los peones encontraron dos o tres tanques y la noticia empezó a diluirse porque no pasó nada; no lastimó a nadie pues cayó en un campo abierto”, relató el astrónomo. La caída, sin embargo, causó un gran estruendo y dejó un pozo en el suelo.
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Partes caídas se conservaron
Contó que un mes y medio después de aquel episodio del año 2018, gente de la Agencia Espacial y de la Fiscalía habían ido a Canindeyú e hicieron una investigación por el hecho punible de daño ambiental. Aquellos componentes encontrados fueron trasladados a Asunción y resguardados para una supuesta investigación, pero nunca más se supo nada nuevo. Los objetos caídos esa vez eran tanques que pesaban alrededor de 7 kilos cada uno.
El experto en astronomía también citó otro caso ocurrido en el país africano Costa de Marfil, donde cayeron estructuras metálicas mucho más grandes, de un cohete chino igual al que actualmente se precipita hacia la tierra.
Posibilidades son escasas, pero existen
Masloff explicó que las posibilidades de que partes del cohete caigan sobre personas existen, pero son extremadamente bajas.
Con respecto al caso actual, el astrónomo explicó que China lanzó un cohete en una sola etapa y con un solo impulso, en su afán de avanzar en su propia carrera espacial y desarrollar su tecnología, pues están construyendo una estación espacial.
Este cohete lanzado se llama Long March 5B y es el cohete de mayor capacidad que tienen. Fue lanzado a fines de abril, conteniendo como carga el núcleo central de la Estación Espacial china nueva.
Los estudiosos de la astronomía estiman que el cohete chino lanzado reingresaría a la atmósfera terrestre este fin de semana.
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Chinos prefieren rapidez y economía
Masloff puntualizó que a diferencia de los cohetes estadounidenses, europeos o rusos, que están diseñados para ser seguros y tener un funcionamiento en etapas, “ellos (los chinos) por hacerlo más rápido, económico y sencillo, lanzan un cohete de una sola etapa”.
Los chinos se apoyan en el argumento de que la Tierra es demasiado grande, por lo tanto no dañarían a nadie. Sin embargo, ya hay antecedentes de caídas de pedazos de materiales y el peligro es inminente.
Si bien existen tratados internacionales que marcan pautas, Nicolás Masloff expresó que “los chinos son un mundo aparte, hacen lo que quieren”.
Probabilidades
La Tierra tiene aproximadamente 510 millones de kilómetros cuadrados de superficie. Por lo tanto, si una persona ocupa un metro cuadrado, existe una posibilidad de uno en 510.000 millones de que le caiga un trozo de metales provenientes del cohete.
En cuanto a si se podría accionar en contra de la actuación de China, Nicolás Masloff dijo que al menos en cuanto al cohete que está en órbita ahora, no se puede hacer nada al respecto, “a no ser que un país como Estados Unidos lance un misil para destruirlo, pero hay un conflicto y se marcará un precedente complicado entonces no se hace”.
Finalizó afirmando que no hay forma de saber dónde va a darse el impacto final del cohete.