La trágica precariedad del sistema de salud pública en Alto Paraguay

La muerte de un feto por falta de anestesista para la realización de un parto por cesárea en el hospital de Fuerte Olimpo reaviva las quejas por la precariedad del servicio sanitario en la zona. La situación ya causó numerosas pérdidas de vida evitables.

Un familiar de Teodolina Villalba y Martín Melgarejo sostiene el pequeño féretro con el cuerpecito de Ema Valentina.Archivo, ABC Color
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FUERTE OLIMPO, Dpto. de Alto Paraguay (Carlos Almirón, corresponsal). La última víctima de la precariedad del sistema de salud pública en el Alto Paraguay son Teodolina Villalba (21) y su beba Ema Valentina. Ella y su esposo Martín Melgarejo esperaban con ilusión a la primogénita de la familia.

La joven madre acudió el domingo al mediodía al hospital regional de esta ciudad en busca de atención urgente, ya que se encontraba en trabajo de parto al producirse rotura de bolsa. Fue asistida por una médica, una obstetra y una enfermera, pero el trabajo para alumbramiento de su primer bebé se complicó y necesitaba una cesárea.

La cirugía no fue posible porque el único anestesista del hospital se encuentra de vacaciones y no se previó un reemplazante. La beba no soportó la espera y falleció a las 17:00 en el vientre de su joven madre.

A las 21:30, gracias a la gestión de sus familiares, la mujer fue derivada en el bote ambulancia del hospital regional al centro asistencial de Puerto Murtinho (Brasil) para que extrajeran a su beba muerta. El viaje aguas abajo del río Paraguay fue de 80 kilómetros. Llegó a las 02:00 e inmediatamente realizaron la cesárea.

En el 2018 se registraron dos casos similares. Entonces, debido a falta de rápida de atención dos mujeres tuvieron la pérdida de sus criaturas dentro del vientre y fueron llevadas al hospital de Pedro Juan Caballero para las cirugías.

En agosto del 2020 un peón de estancia sufrió luxación de un hombro y tuvo que esperar trece horas para que le realicen una placa radiográfica, ya que “por falta de rubro” el hospital no cuenta con dicho servicio en Urgencias.

En mayo del 2020 Juan Carlos Vera falleció en el hospital por falta de Unidad de Terapia Intensiva (UTI). El avión en el que debía ser trasladado a un hospital con cuidados intensivos ya llegó tarde.

Nimia Aquino, enfermera del hospital regional, falleció en enero de este año cuando era llevada al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente “Juan Max Boetner” (Ineram) porque necesitaba ingresar a UTI.

En febrero del 2021 una abuelita de 86 años fue derivada desde la lejana Bahía Negra -primero en embarcación bajo un ardiente sol y luego por caminos del Brasil- a Concepción en busca de UTI.

En agosto del 2019, la entonces directora del hospital regional, doctora Damaris Wagner, agobiada por las necesidades, denunció las carencias del nosocomio. En respuesta, fue destituida por el entonces ministro de Salud Julio Mazzoleni.

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