“Hay unas personas que ven con algo de justicia digamos que esté detenido Fahd Jamil, sin embargo el otro análisis es que en realidad está detenido por cualquier cosa menos por el asesinato de Santiago”, comenzó evaluando Dante Leguimazón, en ocasión a la entrega en la fecha de un ya avejentado exlíder, en contrapartida a un imperturbable ambiente de impunidad en torno al asesinato de su padre.
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“Es clarísima la película, nosotros creemos que la orden del asesinato de Santiago sale de Fahd Yamil, fue ejecutada por sus sobrinos e hijos entre otras personas, y esa orden sale con la venia del entonces presidente de la República (Rodriguez), que era el compadre de Fahd Jamil, e incluso fue discutida con otros paraguayos investigados en la causa”, recordó.
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Contribuye a ese sentido de impunidad no solo que el “Padrino de la Frontera” se haya entregado por estar perseguido por otras bandas criminales con más vitalidad actualmente que la suya, sino también que los que respaldaron la mortal orden tampoco fueron molestado, consideró Leguizamón.
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“La investigación fue una simple formalidad y se terminó perdiendo en burocracia para no investigar efectivamente”, remarcó, a la vez de sostener que otro grupo que habría respaldado la orden de la ejecución a tiros de su padre fue la Caprosa, gremio que según denuncias de Santiago, operaba irregularmente en base al negocio de la soja y otras actividades.
Recordó que justamente tras las publicaciones de su padre en marzo de 1991 en contra de dicho gremio, al cual se sindicaba como “fachada” para la triangulación de soja, evadiendo impuestos, entre otras actividades ilícitas, se da la orden de asesinar al periodista, así como se hizo contra todo aquel que “no se alineaba a la forma de negocio”.
Justamente otro aniversario del asesinato de Santiago se recuerda el próximo 26 de abril, fecha que sus verdugos eligieron estrategicamente para que coincida con el ya establecido Día del Periodista Paraguayo. No quiso dar nombres de otros presuntos involucrados en el “consejo” que dispuso asesinar a su padre, pero consideró que “incluso ahora hay mucha gente que sigue con mucho poder” desde entonces, ya que “fe fueron perfeccionando e incursionando en otros modelos de negocio, siempre vinculados al contrabando y el narcotráfico”.
“Quien a hierro mata...”
La frase bíblica de “quién a hierro mata, a hierro muere” suele llegar en la zona de frontera no precisamente por justicia divina, sino de mano de bandas criminales rivales y Fahd Jamil no ha escapado a esta ley, ya que ordenar el asesinato de Leguizamón, empezó su debacle y y sus rivales alcanzaron a su interno más cercano.
Es que otra frase cliché pero que normalmente se cumple en el ámbito criminal es la de: “A rey muerto, rey puesto”, y es lo que ocurrió con Fahd Jamil, desplazo en la jerarquía criminal en la Frontera de Pedro Juan Caballero por grupos más jóvenes y sanguinarios como el Primero Comando Capital (PCC) o el Comando Vermelho.
La disputa con estos grupos criminales no solo motivaron su entrega en la fecha a la Policía, sino también le costó la vida a su hijo; Daniel Alvares Georges, a quien llamaba cariñosamente “Danielito”, a quién recién hace poco pudieron declarar muerto, ya que los criminales ni siquiera dejaron rastro de su cadáver.
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Los ataques contra el clan Jamil no pararon ahí, sino que se intensificaron a finales del año pasado, asegurándose de que una nueva casta no pudiera siquiera pensar en resurgir. En noviembre pasado, en una fosa común hallaron los cadáveres de a Riad Salem Oliveira y Muriel Moura Carneiro Correia, dos sobrinos políticos del excapo de la frontera.
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