La directora del centro asistencial, Cria. Myriam Bazán, explicó que actualmente, considerando que ya no hay camas en UTI disponibles, deben rebuscarse y tratar de derivar a los pacientes a otros centros asistenciales.
“Tenemos el mismo problema que los otros centros asistenciales. Mi capacidad de terapia intensiva es de 17 y la mayoría de las veces sobrepasa, entonces a través del sistema Seme del Ministerio de Salud tratamos de entrar dentro de la red para ubicar a los pacientes en terapia”, refirió.
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Por otra parte, si bien los familiares de los pacientes internados cuentan con una carpa y varias camas a disposición para que puedan estar pendientes de sus seres queridos, algunas familias prefieren evitar las aglomeraciones y se instalan en el estacionamiento del centro asistencial para hacer el acompañamiento de la manera más segura posible. De igual forma, los gastos no dejan de acumularse a medida que pasan los días.
Esther Valenzuela, familiar de una paciente, expresó: “Ella empezó a enfermar el domingo y desde entonces paró todo para nosotros. No podemos pagar cuentas, los gastos en casa se redujeron al mínimo y acá se gasta todo: agua, comida, aseo. Tenemos que tener sí o sí tapabocas, alcohol, y es un gasto impresionante”.
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Con respecto a la vacunación del personal de blanco del hospital, el director médico, Dr. David Torales, indicó que hasta ahora apenas recibieron 400 dosis, por lo que aún falta inmunizar a 1.250 trabajadores del Rigoberto Caballero.