Bastante hemos escuchado en las últimas semanas a paraguayos llorar ante las cámaras de la televisión, lamentando que en las farmacias les venden a un promedio de G. 100.000 cada una las ampollas de midazolam.
Los pacientes de la Unidad de Terapia Intensiva requieren de decenas de ampollas de estas cada día, por lo que los familiares de los enfermos entran en una desesperación extrema en sus intentos de conseguir dinero de donde sea, vendiendo incluso sus casas, para comprar el costoso medicamento.
Volvió el “vito” de privilegios
Mientras el pueblo no solo pasa desesperación por salvar la vida a los suyos, sino también debe hacer malabarismos para seguir poniendo el pan en la mesa a sus hijos, en la Cámara de Diputados continúan tirando la casa por la ventana, derrochando recursos millonarios para disfrutar de privilegios absolutamente superfluos, mientras el pueblo padece.
Según un documento al que accedió ABC Color, el director general de Administración y Finanzas de la Cámara de Diputados Ramón Solís, solicitó a la empresa de combustibles Bahía SR, tarjetas con saldo disponible para cargar combustible por un monto de G. 3.500.000 para cada uno de los 80 diputados.
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Este lujo, implica una inversión de G. 280.000.000, si se multiplican G. 3.500.000 por 80 diputados. De hecho, en el mismo documento obra que el director de Administración y Finanzas le comunica a la empresa del grupo Bahía que la compra totaliza la suma de G. 280 millones. Esta cifra es solo por el mes de marzo, pues cada mes los diputados tienen una renovación de la línea de crédito para seguir cargando más combustible. Una fuente inagotable de privilegios.
Podrían comprarse 2.800 ampollas
¿Qué pasaría si las personas que necesitan desesperadamente medicamentos para su gente, obtuvieran de pronto G. 280.000.000 para comprar estos fármacos? Con esta cifra se podrían adquirir 2.800 ampollas de midazolam a un promedio de G. 100.000 cada una.
Desde la reglamentación de la Ley de Racionalización de gastos públicos, que buscaba ahorros para el Estado, había quedado prohibida la repartija de cupos de combustible para autoridades y órganos colegiados. Por lo tanto, desde marzo de 2020, con el decreto presidencial de recortes los parlamentarios ya no recibieron ninguna cantidad en concepto de carburante.
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Sin embargo, y curiosamente, un año después de aquel gesto de austeridad, en marzo de 2021 se vuelven a autoasignar tarjetas con saldo de G. 3.500.000 para cargar gasoil a sus vehículos, con el argumento de que ellos realizan muchos viajes para estar en contacto con la gente.
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Puede usarse con cualquier vehículo
Otro punto llamativo de la nueva tarjeta que beneficia a los legisladores, es que el saldo puede ser utilizado para proveerse del carburante y cargarlo a cualquier vehículo que ellos dispongan, no solo a los vehículos oficiales de la Cámara de Diputados.
Este detalle, se presta para que se abra la puerta a las famosas repartijas de combustible entre familiares y amigos, pues si el legislador no usa el saldo, lo puede ceder para que el mismo sea cargado en cualquier otro automóvil.