-La Cancillería dice que Brasil está en condiciones de iniciar en la brevedad posible el proceso de revisión del Anexo C, y en el vecino país dicen que sería después de la pandemia. ¿Cómo es realmente?
-La Cancillería presentó una nota solicitando adelantar las negociaciones, conversaciones y, hasta esa publicación periodística, no estaba enterado de una respuesta formal. La contestación, por medio público, a la nota paraguaya, es lo que interpreto. ¿Pero cuál es la polémica, la controversia, el inconveniente de que hayan contestado afirmativamente a la propuesta paraguaya?
-Algunos analistas dicen que no conviene en este momento empezar la revisión. ¿Cuáles son las ventajas de hacerlo antes del 2023?
-Por un lado, hay algunas razones técnicas y comerciales de interés paraguayo para adelantar. Ese sería el fundamento de la nota. Para el 2023, las tarifas caen drásticamente, entonces cualquier corrección una vez que caigan es muy difícil, por eso y otras razones un poco más complejas. Y también por el clamor paraguayo o por lo menos de los medios, persistentes de adelantar cuanto antes. Entiendo que el Gobierno presenta formalmente por nota la solicitud de adelantar y la respuesta en Brasil, que si bien ya se había insinuado anteriormente de que no habría inconveniente. Esta declaración sería la respuesta a la nota. Las razones parecen patentes. El estado terrible de la pandemia en Brasil parece comprensible. Hay buena voluntad, pero las circunstancias no son las más favorables ante la gravedad de las urgencias.
-¿La respuesta es que están en condiciones después de que pase la pandemia?
-No tengo la respuesta pero sí la interpretación, diciendo ad referéndum que lo permita la crisis, en cuanto se den las condiciones, lo hacemos. Estamos diciendo que estamos contestes de adelantar, pero sujetos a las condiciones de la crisis urgente lo permita. Me parece totalmente coherente y razonable. Nosotros nomás parece que nuestras prioridades pasan por la controversia, la política; nuestra crisis más severa de la república en más de medio siglo parece ser secundario.
-¿A qué se refiere cuando dice que parece que las prioridades pasan por la controversia?
-Aquí la crisis más grave parece ser la política, cuando que para mí es la de salud, la económica. Las cuestiones políticas podrían esperar hasta que mejoremos nuestra situación dramática de salud. Peleemos por cuestiones prioritarias y dejemos la política para después.
-El día en el que el presidente de la República se enfrentaba a un posible juicio político, desde Brasil estaban diciendo que están en condiciones de empezar la revisión. Con un gobierno débil, ¿conviene adelantar las negociaciones?
-La situación de debilidad de este lado se acentúa con las rencillas internas. Ellos (Brasil) deben estar felices al ver cómo nosotros nos destrozamos por estas cuestiones en vez que sentarnos a dialogar y limar las diferencias, y tratar de encontrar un consenso y dar una imagen de unidad. Nuestro ambiente es de pura confrontación; claro que nos debilita. Independientemente de lo que intrínsecamente débil que pueda ser el Gobierno, la nación dividida es la que verdaderamente perjudica, cuando que las diferencias deberíamos zanjarlas interna y discretamente para dar una imagen de unidad al otro lado. Parece que nadie se da cuenta de esto. No estoy diciendo que no haya justificadas diferencias, sino cómo se las encara.
-¿Es o no un buen momento, o este el gobierno para empezar ese proceso de negociación?
-La respuesta está, es sujeto a la evolución de la pandemia en Brasil. No creo que Paraguay vaya a insistir. Se me ocurre que lo racional es seguir resignando nuestro planteo y a la espera de que allá se den las condiciones y ellos avisen, diciendo “ya estamos”. Por qué nosotros vamos a insistir. Me parece demasiado clara la respuesta brasileña. Habrá que esperar ese momento y tiene que haber una señal.
-¿Mientras tanto Paraguay se sigue preparando para ese momento?
-Todavía falta una etapa crucial de la socialización de lo que el Gobierno considere a prima facie, como propuesta paraguaya, como lo ha prometido varias veces de que convocará a la sociedad civil, a los partidos, al Congreso y tratar de consensuar. Para mí ese es el verdadero desafío que tiene el Paraguay ante esta atmósfera totalmente carente de condiciones para el diálogo. Nadie entierra el hacha para sentarse a conversar, a debatir y sacar una propuesta en común. Esa etapa falta. Es la etapa más compleja porque no tenemos espíritu de diálogo. Eso es lo que no hay en Paraguay y parece que a nadie le importa. Tímidamente la Iglesia mencionó la importancia del diálogo.
-La sociedad pide mayor transparencia, que el Gobierno diga cuál va a ser nuestra estrategia, pero no dan a conocer. ¿No lo hacen porque creen que no están dadas las condiciones o porque no tienen aún?
-Está en elaboración final, lo que yo denomino la propuesta primaria interna del Gobierno, y una vez que ese borrador esté en limpio, hay que presentar a la gente. No antes de tener terminado el primer borrador. Eso es lo que se tendría que presentar a la sociedad y debatir, tratar de encontrar el consenso. Las cosas no se hacen instantáneamente, son complejísimas de evaluar, de convertir todos los datos en propuestas completas. En cuanto se tenga el primer borrador, se va a conversar.
-¿Por qué Paraguay pidió hace dos meses adelantar la revisión si no tenemos borrador?
-Porque una cosa es pedir adelantar la negociación antes de agosto del 2023, pero nadie dio fecha. Si la respuesta brasileña hubiera sido sí, sí, estamos contestes de adelantar la negociación. Entonces ahí el siguiente paso es sugerir la fecha, y esa fecha tiene que ser en función del grado de avance o de finalización de nuestra propuesta. No es que por pedir se tiene que dar mañana. Es el primer paso pedir o sugerir el adelantamiento. El siguiente paso será fijar la fecha, una vez que la respuesta es positiva.
-Ahora estamos entonces en esa etapa, que sería pospandemia.
-Primero atenderán sus urgencias y avisarán el momento en que estén las condiciones. Ahí seguramente se propondrá la fecha de inicio.
-¿Cuándo Paraguay tendría el borrador listo y en condiciones de socializar?
-No tengo el dato preciso. Estuve más de dos semanas en cuarentena por covid positivo, no participé en dos reuniones, pero se emitió un cronograma de avance tentativo. Me atrevería a decir que tiene que ser en los próximos dos a tres meses máximo. Hay que tener listo ese primer borrador en limpio, que sería el elemento para sentarse a conversar con el resto del país. El gran estudio técnico se hizo el año pasado, que es la parte que más consumió esfuerzo. Ahora se trata de procesar eso y convertirlo en esa propuesta de borrador.
-El extitular de ANDE, Pedro Ferreira, señala que hay una lista de lo que le falta al país de preparación para negociar con Brasil.
-Ese universo de temas, de problemas, se pueden hacer en declaraciones políticas; los técnicos trabajamos por los temas concretos, reales, puntuales, prioritarios. Es apenas la revisión de un anexo, no es para resolver todos los problemas del país. Desde el punto de vista de una declaración política, sí, podríamos tratar de arreglar el mundo también, pero lo que nos toca a nosotros, los técnicos que colaboramos con el gobierno, trabajamos sobre cosas bien puntuales, bien embarcados, ya están suficientemente difíciles los precios electroenergéticos en la región para que nosotros podamos mejorar, esas son las cosas en que focalizarnos. Para que vamos a meternos en el universo de problemas que existen en la relación entre dos países. Gerencialmente es un error. Muchas cosas son ciertas, los problemas existen. No es el ámbito nomás para tratar.
-Pero no se habla de solucionar eso en esa mesa, sino antes de llegar a la negociación.
-Nuestras debilidades no devienen de este Gobierno, sino de cinco gobiernos anteriores, por lo menos. Las cosas que tendríamos que haber hecho para en este momento encontrarnos en mejores condiciones de negociar, son tareas que se debían haber hecho 20 años antes. ¿Por qué no hemos aprovechado la negociación Lugo - Lula, que ya habilitaba la venta en el mercado brasileño, estamos hablando de 2009? No hemos movido una aguja en ese aspecto. En las declaraciones políticas se usan como artillería para endilgar al que uno quiere hundir, pero la mirada correcta es sistémica, es el contexto, esos cambios no se hacen en uno o dos años, en un gobierno, son complejos. El resto cree que por decreto se pueden introducir complejos cambios, políticas de Estado que pasan de gobierno a gobierno, esas son las tareas que no hemos hecho como nación.
-Esta relación cercana del gobierno de Mario Abdo con Horacio Cartes, y él, tan relacionado con el contrabando de cigarrillos en Brasil, es también parte del ambiente con el que vamos a ir a negociar.
-No acostumbro a opinar sobre especulaciones de este tipo, sobre todo si no es mi ámbito. La vida es extraordinariamente compleja. Los técnicos no trabajamos así, no es nuestro ámbito. No tengo respuesta para darte. Los problemas son reales, existen, requieren tiempo, esfuerzo, voluntad para corregirlos. No hemos hecho la tarea y llegamos a esta etapa mucho menos preparados de lo que podíamos haber llegado si hubiéramos hecho reformas de mercado, probablemente no hubiéramos estado plagueándonos por muchas cosas que ahora hay que enfrentar.
-¿Algo que agregar?
-He visto un titular de que hay una agenda oculta. Las personas que tienen el privilegio a acceder a ese tipo de información harían un gran favor en decir en qué consiste esa agenda oculta, que el resto nos enteremos. A la gente que opina, que cuenten para ver si estamos en condiciones nosotros de procesar, aclarar o enterarnos. Los que no estamos en el tiroteo necesitamos cosas concretas para trabajar.