Una propiedad fiscal de 22 hectáreas ubicada en la zona conocida como Mbatovi, en el departamento de Paraguarí, es foco de una disputa desigual.
Así lo señaló Juan Báez, un humilde poblador de la zona que vive hace casi 25 años en el lugar y que denunció a ABC Color que Marta González Ayala y su esposo, el abogado Jacinto Santamaría, han intentado en reiteradas oportunidades echarlos del que don Juan y su familia consideran su hogar hace dos décadas.
Historia de larga data
La historia empezó hace un par de años, cuando Vicente Montiel, suegro de Juan Báez, comenzó con el proceso de venta de cerca de 100 hectáreas que poseía en la zona de Mbatovi.
Parte de las tierras fueron vendidas a la firma Ruta 63 SA, que posteriormente las volvió a vender a González Ayala y Santamaría.
Si bien Montiel vendió las que eran sus tierras, su familia encontró un remanente fiscal en el que se instalaron porque entendían que formaba parte de la propiedad.
Montiel incluyó una cláusula de usufructo perpetuo, pidiendo que lo dejaran vivir en sus tierras. Cuando González Ayala adquirió las tierras, trató de dejar sin efecto el acuerdo. Así lo relatan los hijos del ya fallecido don Vicente.
Tras la muerte de don Vicente, González Ayala denunció a uno de sus hijos, Virgilio Montiel Galeano; por invasión, y este a su vez presentó una acción por denuncia falsa.
“No podemos hacer nada de Marta González. Ella nos quiere sacar de acá, porque agarró todo y se quedó un terreno fiscal pegado a su propiedad. Dice que todo es de ella”, relató Juan Báez durante una visita de ABC Color, por la que él considera su casa a la altura del kilómetro 93 de la ruta que une Paraguarí con Piribebuy.
“Hace 25 años que vivo acá”, agregó.
Don Juan indicó que su suegro vendió la propiedad en la que González levantó la ecorreserva y que no pudieron titular el pedazo de inmueble que quedó para los descendientes de don Vicente porque era un excedente fiscal. Sin embargo, hace dos décadas que tiene conexión de agua y luz a su nombre. “No es que entre por entrar nomás. Soy nacido y criado acá y ella nos quiere sacar”, sostuvo.
Su cuñado, Virgilio, intentó levantar una piscina natural y un mirador para tratar de captar algunos turistas, además de una modesta casa. “Él es una persona con discapacidad y por eso sentimos más”, manifestó.
“Un día vino la Policía con un juez a echar todo. Con ellos vino Santamaría, Jacinto Santamaría; el esposo de Marta González”, dijo.
“A mí me denunciaron por levantar una casilla para tratar de vender alguna cosa. Me denunciaron como para mandar echar toda mi casa”, recordó Juan Báez. “Me perjudicaron mucho”, siguió.
Don Juan y su familia ya presentaron en 2009 un pedido formal ante el Indert para iniciar el proceso de titulación, acreditando la posesión. “Nunca nos sale. Ellos atajan todo. Ellos ya tienen sus tierras, ¿por qué no nos quieren dar nuestro lugar?”, insistió.
“Nosotros no podemos hacer correr los papeles, porque ellos atajan todo. Cuando sos pobre es difícil andar así. Ellos son luego los jefes. Ella (Marta González) era la que mandaba por ellos”.
“Lo que pedimos es que nos den por lo menos un pedazo para nuestro lugar. Es muy difícil ser pobre y que nos echen a la calle”, dijo Báez.
“Esta no es la propiedad que se les vendió. ¿No podrían por lo menos dejarnos un lugar dónde vivir? Quieren agarrar todo”, finalizó.