El establecimiento está ubicada a unos 7 kilómetros de Curuguaty, pegado a la comunidad indígena Fortuna.
“No solo las máquinas querían quemar, sino también todo el galpón de 20 metros por 30 metros donde se encontraban las más nuevas maquinarias entre cosechadora, tractores e implementos agrícolas” dijo el afectado.
Ramírez presume que los que intentaron consumar el hecho no son profesionales, a juzgar por la forma en que manipularon el gasoil, desconociendo que no es volátil como la nafta para expandirse rápidamente, lo que impidió la propagación del fuego.
El mismo dijo que habría una millonaria pérdida que rondaría los 2 millones de dólares, de haberes consumado el siniestro.
Los investigadores encontraron en el lugar un bidón de 20 litros conteniendo gasoil, pedazos de trapos, hierba seca y papel higiénico amontonados cerca del tanque de combustibles de una máquina de fuerza. En el lugar suele estar un guardia de seguridad, pero coincidentemente el mismo estaba con permiso.
Se observaron huellas de pisadas a orillas de la plantación de soja hasta el camino principal que conduce a Curuguaty, según los investigadores. Ramírez dijo desconocer a quienes podrían querer perjudicarle, y que espera que las investigaciones diluciden el caso.