Los uniformados denunciados dijeron a sus superiores y a la Fiscalía que efectivamente fueron a Fernando de la Mora el miércoles de mañana en busca de la señora Mirtha Isabel Torres Alfonso (50), con intención de ejecutar sus 20 órdenes de captura.
Sin embargo, solamente encontraron al concubino de la señora, Osvaldo Ramón Peralta Acosta (25), a quien entonces llevaron a la base de Investigaciones para verificar sus antecedentes.
Siempre según la versión policial, una vez que constataron que el joven no tenía órdenes de captura pendientes, lo liberaron previa redacción de un acta de procedimiento en la que consta que incluso le devolvieron la plata que tenía consigo.
Los agentes incluso le hicieron firmar al muchacho el acta de procedimiento, aunque este posteriormente dijo en su denuncia ante el Ministerio del Interior que lo hizo bajo amenazas.
Dos de los policías imputados, Víctor Velázquez y su mujer Liz Marlene González, recientemente fueron acusados por la Fiscalía por un homicidio en accidente de tránsito.
El informante de los policías, quien contó que Mirtha Alfonso tenía órdenes de captura pendientes, habría sido el mismo hombre que debía devolver G. 15 millones que la citada mujer llegó a pagar por una propiedad que al final no llegó a ocupar.
La postura de los policías es que hicieron un procedimiento legal y que los denunciantes tienen que demostrar con pruebas lo que aseguran les ocurrió.
Ayer de tarde, un equipo especial de la Policía, conformado para investigar a sus colegas denunciados, hizo el recorrido que las supuestas víctimas dijeron haber hecho con sus captores, pero no encontraron ninguna cámara o algún testimonio que confirme la extorsión.
La denunciante Mirtha Alfonso, quien también quedó presa, es una conocida estafadora cuyo modus operandi principal consiste en cobrar a personas incautas por supuestas gestiones que nunca realiza. Por ejemplo, había sido arrestada por cobrar dinero a cambio de supuestamente agilizar la obtención de visas en la Embajada de Estados Unidos, algo que obviamente nunca conseguía, pero que igualmente escapaba con la plata pagada por los interesados.