El ministro de Obras Públicas, Arnoldo Wiens, brindó una conferencia de prensa para aclarar puntos sobre la cuestionada pasarela peatonal sobre la autopista Ñu Guasu. En su descargo mencionó que existe una corresponsabilidad –respecto a la obra- con otras instituciones, entre estas la Secretaría Técnica de Planificación.
Casco habló sobre este punto con ABC Color y señaló que Wiens se habría referido en el sentido de que la STP forma parte del proceso de inversión pública.
“Hablar de corresponsabilidad (...) creo que sería desde el punto de vista del análisis de la inversión pública, algo que hacemos en todos los procesos de inversión. (…) Nosotros formamos parte del proceso, del cual una parte es responsabilidad de la STP, que corresponde al análisis del perfil”, sostuvo.
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Posteriormente, afirmó que el monto de inversión se determina en el proceso de adjudicación. Aclaró que la STP no puede involucrarse en la cuestión del recurso destinado, pero que -dentro del análisis que realizan- observan precios estimativos y el origen de la financiación.
“El precio no está fijado hasta que se hace la licitación. Allí se determina el precio de cualquier obra, bien o servicio que va a comprar el Estado”, expresó.
En el mismo sentido, puntualizó que desde la Secretaría de Planificación se analiza si la obra a construir es una necesidad para la ciudadanía y que, en caso de aprobarse un proyecto -tras esa evaluación-, se procede a determinar al monto final en la licitación.
“Nosotros evaluamos si es necesaria la pasarela, que sí es. En cuanto al monto, sí ya forma parte de un análisis posterior que se hace en toda obra pública”, expresó.
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Finalmente, la ministra de la STP subrayó que “cada institución tiene su responsabilidad en todos los procesos”. Acotó que -para evitar sobrefacturación y otras irregularidades- solicitó a los funcionarios de la Secretaría de Planificación realizar un estudio de mercado para analizar los montos estimados que son remitidos por las instituciones ejecutoras de obras.
La pasarela de “ñandutí”
La Pasarela de la Cultura tiene 62 metros de longitud y fue, en principio, cuestionada debido a su diseño, que supuestamente es de ñandutí. No obstante, tras las críticas se investigó la documentación de la obra y se descubrió que el lobbista de la empresa adjudicada sería cuñado del presidente de la República, Mario Abdo Benítez. Así también, se reveló que la estructura terminará costando G. 14.521 millones, debido a dos adendas que inflaron el precio inicial en un 13,5%.