Para este año lectivo, el Ministerio de Educación (MEC) prevé el desarrollo de clases en dos modalidades: la híbrida, que incluirá materias en la modalidad presencial y otras de manera virtual; y la netamente virtual. Los padres deberán optar entre ambas posibilidades. Si eligen la híbrida, tendrán que dejar constancia de su autorización para que sus hijos acudan a las aulas.
El viceministro de Educación, Robert Cano, anunció que este 28 de enero se habilitará una página web en la que los padres deberán hacer constar la modalidad en la que cursarán sus hijos. También podrán acudir para eso a las escuelas desde el 11 de febrero y habrá tiempo hasta el 20 de febrero para decidir, según Cano. Sin embargo, algunas instituciones educativas privadas e incluso algunas públicas ya están pidiendo a las familias que informen su elección.
¿Qué tener en cuenta en el momento de definir qué modalidad conviene a los estudiantes de nuestra casa? Alexandra Vuyk integra por el Ministerio de Salud el equipo de elaboración del protocolo seguro de retorno a las aulas, trabajado de forma conjunta con el Ministerio de Educación (MEC). Ella explicó que “es importante que cada familia haga su evaluación de riesgo-beneficio y decida a partir de eso y no dejarse llevar por la presión de los grupos”.
“Tenemos que evaluar nuestro propio riesgo como familia. Ver quiénes son las personas en situación de riesgo con las que las hijas o hijos interactúan. También hay que ver cómo son los cuidados que tiene como costumbre el niño y cuánto se puede implementar. Por ejemplo, si sé que me cuesta muchísimo que mi nena se deje el tapabocas, o si, por el contrario, hasta controla que sus primitos se los pongan”, añadió.
Vuyk también recomienda, antes de decidir, informarse sobre los cuidados que se tomarán en la escuela o colegio del estudiante. “Hay algunos colegios que tendrán burbujas de 16 alumnos, donde hay mayor probabilidad de transmisión, y hay algunos que tendrán grupos de 6 alumnos, donde el riesgo es menor”, señaló.
Cómo se adaptó el niño a las clases virtuales es otro factor. “Hay algunos a los que no les impactó mucho y a otros que sí, que tuvieron retroceso durante el año pasado. Por ejemplo, ya dormían en su pieza y vuelven a la cama de los padres, o ya eran más independientes en el momento de organizar sus cosas y ahora necesitan que les ayuden a organizar sus tareas. Hay algunos a los que les fue mejor relativamente, mientras a otros no tanto”, indicó la doctora.
La preferencia de los niños también debe contar, como así también, lógicamente, su situación de salud. “Pero sobre todo, evaluar cuánto puedo perder, si puedo perder la vida de alguien de mi familia, si mi familia no tiene a nadie en situación de riesgo a quien le pueda afectar, y cuánto perdió mi niño o niña durante el año pasado”, recomendó la doctora en psicología.