La ministra Cecilia Pérez relató que desde antes de fin de año están en “alerta” debido a dos episodios puntuales. El primero fue el hecho de que empezaron a correr audios de funcionarios que amenazaban “con que iba a correr sangre” porque estaban disconformes con situaciones relacionadas al pago de haberes.
“Nosotros habíamos recibido un calendario de Hacienda con relación a que no se iba a poder pagar todo junto el salario, aguinaldo y las bonificaciones”, añadió y señaló que una parte ya fue pagada pero todavía hay algunos depósitos pendientes.
Luego de esa comunicación, empezaron a circular audios de funcionarios que afirmaban que iban a dejar libres las cárceles para que la ministra sepa lo que significaba “pasar mal en las fiestas. Y que va a correr sangre. ‘Vamos a ver quién va a sangrar todo primero’, decían”, relató Pérez.
Esos audios fueron derivados a la Fiscalía porque constituyen la comisión del hecho punible de liberación de presos.
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Amenazas de bombas
Además, cerca de Año Nuevo se anunció que había funcionarios que no serían de vuelta contratados, por varias irregularidades comprobadas. “Por ejemplo, en medios televisivos se hicieron denuncias con videos de funcionarios cobrando dinero diariamente a los internos. A esas personas nosotros ya no las volvimos a contratar y llamaron a amenazar con poner bombas”, contó la titular de Justicia.
Esos dos hechos elevaron el nivel de alerta en todo el sistema penitenciario. Acotó que no saben si están ligados a la dinamita incautada en Concepción ayer, pero sí hicieron que se elevara el nivel de alerta, que derivó en la obtención de datos relacionados a la intervención en una celda de la penitenciaría de la mencionada ciudad.
En dicha habitación, donde se encontraban reos del Primer Comando Capital (PCC), se tuvo que realizar un boquete en la pared para encontrar un celular y 250 gramos de dinamita en gel que estaban dentro de una media y un cartón de leche.
La ministra indicó que la preocupación es “cómo iba a usarse esa dinamita”, puesto que podrían explotar paredes, tomar rehenes y poner en peligro a reos, guardias y hasta familiares en días de visitas.