Una cena de Navidad sin exagerar

En familia y al aire libre disfrutemos de la cena de Navidad sin excesos y con menos variedad de comidas para evitar problemas gastrointestinales. Más que nunca debemos preservar la salud.

La cena de Navidad debe contener poca variedad de platos para aprovecharlos al máximo. Evite la exposición de los mismos al aire libre y saque las ensaladas al momento de servir.
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Los consejos de la Lic. Angie Paiva, nutricionista, son fáciles de adoptar y útiles para que al otro día no tengamos problemas digestivos y que estos días de celebración que empiezan en Nochebuena sean de tranquilidad y alegría.

“Es un año bastante particular, no es el momento de hablar de calorías, de cuánto se puede subir en las fiestas, sino que tenemos que cuidarnos porque justamente tenemos que alejarnos de los centros de salud y no terminar con una indigestión, con vómitos, con malestar por un exceso alimentario. Sabemos que nuestro clima no ayuda, entonces, comer rico, pasar lo mejor posible, cerrar lo mejor posible este año con la alimentación”, dijo la nutricionista.

Prepare sus enladas con creatividad para lucir hermosos colores de choclo, tomate y cebolla. Solo un ejemplo de la infinita variedad que puede preparar.

Mucha gente que va a tener su comida al aire libre puede sufrir problemas graves de salud si no tiene en cuenta detalles tales como la forma de conservar la comida navideña.

La licenciada amplió: “Es súper importante prever los traslados. Si eventualmente voy a pasar en la casa de un familiar y es larga la distancia en la que me voy a desplazar con una ensalada con mayonesa, por ejemplo, demos la refrigeración máxima que se pueda tener, porque 40 minutos son suficientes para que el calor descomponga los alimentos. La buena refrigeración con conservadora con hielo puede ayudar, pero, eventualmente, si queremos corregir lo de la mayonesa, el aceite de oliva se descompone menos, no es tan vulnerable al calor. La ensalada estará bien refrigerada y sacar de la heladera exclusivamente cuando se va a comer. No sacar a las 7 de la tarde y dejar durante horas en una mesa”.

Muchos comemos carne de chancho o lengua a la vinagreta. ¿Cuánto tiempo se pueden guardar? “Se saca en el momento en que se va a comer de la heladera a la mesa, no se expone por horas. El 25 tenemos la misma comida de la noche anterior, se puede comer todavía. Después lo ideal es no extender más, no más el 26 o 27. Si queremos reciclar hay que volver a cocinar, a darle calor”, apuntó.

También habló del drama de exagerar. “Habría que cocinar menos cantidad y si sobra reconvertir ese plato en otro, no volver a calentar nomás en el microondas”, explicó.

El clericó

El clericó sigue la misma pauta que los alimentos. En lo posible, ese día debe consumirse. Volver a preparar otro el sábado, por ejemplo. El clima no da para estar tomando la misma bebida durante cuatro días. Tenemos jueves, viernes, sábado y domingo.

Mayonesas

¿Consumimos las mayonesas compradas o las caseras? Según Angie, las mayonesas con conservantes compradas en el súper son las más convenientes. Se puede preparar las caseras pero teniendo en cuenta la pasteurización de los huevos, usando ingredientes de buena calidad. “Preferiría usar las comerciales para asegurar que el proceso está bien hecho y el cuidado mayor tiene que ser el tiempo de exposición a temperatura ambiente que tiene que ser el menor posible, porque nuestra temperatura llega a 39, 40 grados. Sacar de la heladera, comer y de vuelta a la heladera”, especificó.

Los excesos perjudican

El exceso también puede darnos indigestión o malestar, no es solo comer un alimento en mal estado, es abusar con todo esa noche. “Esa mezcla mundial de diferentes platos, dulces, salados... se puede terminar con un cuadro gastrointestinal”, advirtió.

Es mejor que tengamos en la mesa menos variedad la noche del 24. Solucionemos con dos tipos de ensaladas, con alternativas frescas como “las ensaladas de choclo con palmito y un yogur natural; otra opción: queso mozzarella con tomate y albahaca con un pesto encima. Le puede gustar hojas verdes con nueces, queso roquefort, aceitunas; en fin, darle un poco de alegría, eso es más fresco. No tener tanta cantidad ni tanta variedad”, remarcó.

Las consecuencias

No hay receta mágica que nos desintoxique el día después. Pueden darse gastroenteritis, vómitos, deshidratación, diarrea, malestar, signos gastrointestinales producto del exceso. “Ojo con las personas con hipertensión, embarazadas, mayores, que deberían evitar estar en hospitales”, insistió Angie.

Comer sin abusar

¿Tomamos té digestivo después de la cena? “Ayuda el agua caliente un poquito, igual que las hierbas naturales, pero recuerden que cuando se acelera el proceso digestivo, al día siguiente la persona amanece con hambre y sigue comiendo. Cuidemos a nuestra familia”, finalizó.

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