El Plan Nacional de niñez y adolescencia de Paraguay (2020-2024) fue presentado por el Ministerio de la Niñez y en los últimos días causó crispación debido a que varios parlamentarios y religiosos han afirmado que atenta contra la vida y la familia tradicional paraguaya.
Luego de las críticas el Plan de 150 páginas elaborado por varios meses quedó sin efecto y el pasado 1 de diciembre se iniciaron nuevas reuniones con la participación de padres y representantes religiosos, para modificar el documento.
Al hablar del tema la ministra de la Niñez, Teresa Martínez, explicó primeramente que el Plan Nacional es una herramienta de trabajo que ayuda a definir los planes, programas y responsabilidades de cada institución involucrada en la protección de la niñez. “Es como organizar el trabajo”, aclaró.
Los objetivos del plan luego son tenidos en cuenta para la elaboración de los proyectos y por ende también para la utilización de los recursos del Ministerio.
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¿Qué dice el plan?
Ahora bien, ¿qué dice el plan que ya fue desechado? Se basa en cinco ejes principales: Sistema, participación, promoción, protección y comunicación. En primer lugar, se establece como objetivo principal que el Estado Paraguayo cumpla con los acuerdos y recomendaciones nacionales e internacionales relativos a la niñez y la adolescencia.
También se prevé la participación protagónica de los niños, niñas y adolescentes en el ciclo de las políticas públicas. Es decir, que puedan “ejercer su ciudadanía en igualdad de género y sin discriminaciones de manera plena, activa, efectiva y responsable para la promoción y exigibilidad de sus derechos en la sociedad”.
Asimismo, se establece como otro objetivo que todos los niños puedan acceder a los servicios integrales en su entorno familiar y comunitario, en igualdad de condiciones y sin discriminación con enfoque de género.
Este punto se divide por rangos etarios. Primero están los pequeños de 0 a 4 años, luego de 5 a 13 y finalmente adolescentes de 14 a 17 años. El objetivo de esta división era precisamente garantizar el acceso a los planes y programas de desarrollo, acordes para cada edad.
Asimismo, se establece que se debe buscar que todos puedan acceder a los servicios brindados por el Sistema de Protección Social, priorizando aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad. En ese punto también se agregaba que se debe buscar el acceso a la Justicia y protección contra toda forma de tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes.
En el marco de los ejes de trabajo se incluye además que se debe garantizar que todos accedan a la información y los materiales socioeducativos pertinentes y oportunos, “de acuerdo a su desarrollo psicosocial para el ejercicio pleno de sus derechos”.
Finalmente, se indica que todos los niños, niñas y adolescentes, al igual que sus familias y comunidades, deben acceder a estrategias de educación sobre crianza positiva con enfoque de derechos humanos, género, diversidad e interculturalidad.
¿Ideología de género?
La palabra “género” está incluida en varios párrafos del documento y algunos sectores buscan instalar que forma parte de una agenda oculta que tiene como objetivo instalar la “ideología de género” promovida por comunidades LGTBI+.
Mario Ardissone, miembro de la Federación de Asociaciones de Padres de Instituciones Educativas del Paraguay (Fedapar), dijo que cuestionan principalmente la inclusión de “enfoque y perspectiva de género”. Ellos afirman que no están en contra de la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, pero que ese no es el objetivo del documento.
Dijo que el problema es conceptual, puesto que “todos saben” que detrás de la palabra género se oculta la agenda LGTBI+.
“Lo que hay que reconocer es que hay una terminología que encierra un montón de cosas que no son lo que dicen. Entonces el discurso para afuera es estamos defendiendo la igualdad de hombres y mujeres, nadie puede estar en desacuerdo. Pero cuando te hablan de perspectiva o enfoque de género todos sabemos que tiene otro sentido (…) Lo que la ministra dice en los medios no es lo que dice el plan y lo que dicen las referencias internacionales del plan”, agregó.
Dijo que el Plan tiene referencias de documentos y declaraciones de organismos internacionales que no establecen la igualdad entre hombres y mujeres nomás al hablar de género.
Sin embargo, la ministra de la Niñez, Teresa Martínez, aclaró en varios momentos que uno de los objetivos principales del plan de trabajo es disminuir la brecha de desigualdad de género entre hombres y mujeres, ya desde la infancia. Aseguró que no se incluye ningún otro género más que el de la niña y el niño.
“No hay ninguna ideología de género. Tiene los enfoques y perspectivas en el sentido de igualdad de derechos. Nosotros tenemos un mandato del Presidente de defender la vida y la familia, y además eso está establecido en la Constitución Nacional. Toda la perspectiva es la de proteger al niño en igualdad de derechos porque sabemos que hay grandes brechas entre la protección que se dan a los niños y niñas. Tenemos que visibilizar eso para poder elaborar las políticas públicas”, estableció.
Asimismo, leyendo el documento se puede constatar que en ningún punto se “abre” el debate sobre el aborto, que es otro de los cuestionamientos de algunos parlamentarios. Y la ministra recalcó que tanto su postura como la del Gobierno actual es la defender la vida desde la concepción, tal y como lo establece la Constitución Nacional vigente.
“Hegemonía”
El plan se basa en el Sistema Nacional de Protección y Promoción Integral de la Niñez y Adolescencia (SIPPINA), creado ya en el año 2001. En ese sentido, el plan indica que, basado en el SIPPINA, el Estado paraguayo se compromete a ejercer la “hegemonía y el liderazgo en la atención integral de la infancia y la adolescencia, entendiendo en el sentido de principal garante del bienestar de la infancia y la adolescencia”.
El representante de Fedapar explicó ese es otro de los principales cuestionamientos que realizan desde las asociaciones de padres. Aseguró que los niños dependen de los padres y son estos los que tienen el derecho de decidir qué enseñar y en qué momento.
“El primer garante de los derechos de los niños son los padres. El Estado tiene un rol supletorio en el cuidado cuando los padres incumplen en primera instancia su responsabilidad. Los niños dependen de sus padres. El Estado no puede atribuirse ningún aspecto hegemónico en la defensa de ningún derecho cuando ese derecho le corresponde en primera instancia los padres”, señaló.
Aseguró que lo que piden es simplemente que se quite la palabra “hegemonía”, pues entienden el rol del Estado de garantizar los derechos pero solo si los padres incumplen.
Al respecto, la ministra explicó que es algo que está ya conceptualizado desde hace décadas, en cuanto a las responsabilidades de todos los poderes del Estado. “Se habla de que hay una hegemonía del Estado en el contexto de garantizar la efectividad de los derechos de los niños. Es algo que no se puso ahora, está así desde que se empezaron con los planes de la niñez”, aclaró.
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Educación sexual
Uno de los aspectos que son cuestionados por los opositores al plan es que supuestamente se buscarán inculcar la educación sexual que no es acorde a la edad de cada niño. No obstante en uno de los apartados del plan se habla de la importancia de los “ciclos de vida” de los menores para marcar la línea operativa en la promoción y la protección integral de los derechos de los niños y adolescentes.
“El pilar de Integración Social del Sistema de Protección Social y Niñez y Adolescencia consta de acciones estratégicas para la promoción y la protección de la niñez y la adolescencia en cada ciclo de edad. Estas acciones pretenden garantizar el desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes en cada curso de vida”, se puntualiza en el documento.
Es importante recalcar que al ser un plan nacional de trabajo, no se contempla el contenido específico de las informaciones necesarias para la toma de decisión ni tampoco el contenido a ser difundido en las instituciones educativas.
Sobre ese aspecto, la Ministra hizo énfasis en que la malla curricular es competencia exclusiva del Ministerio de Educación y Ciencia (MEC), y no del Ministerio de la Niñez.
En el documento no se prevé ningún contenido de la malla curricular sino que se habla de la necesidad de garantizar el acceso a una educación sexual integral de todos los niños y adolescentes.
Con este último punto, Ardissone dijo que hay “una distorsión” entre los dichos de la Ministra de la Niñez porque el plan sí tiene fuerza normativa y define los lineamientos del contenido curricular. En ese sentido, recordó que ese plan debe ser aprobado por decreto del Poder Ejecutivo y en base al mismo el MEC debe elaborar su contenido.
Admitió que en el Plan no se prevén contenidos sobre educación sexual pero acotó que “hay delineamientos” que le preocupan, por ejemplo en el caso del género.
“La definición de género no es varón y mujer, es la definición que tienen organismos internacionales de construcción de la identidad conforme a vos te percibas y conforme a vos te desarrolles. Entonces si la ministra dice que estamos hablando de igualdad de oportunidades entre hombre y mujer obviamente nadie puede estar en desacuerdo pero que lo escriba de esa manera nomás, y evitamos todo el conflicto”, agregó.
“El objetivo de esto es llevar a los colegios información o formación sobre algo que la sociedad no está de acuerdo, no hay consenso sobre esto, hay una oposición fuerte sobre quienes somos responsables sobre la crianza de nuestros hijos”, aseguró.
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¿Cómo quedó el plan?
El mencionado Plan ya fue desechado luego de las polémicas y ahora se están llevando a cabo mesas de trabajo para elaborar uno completamente nuevo.
La Ministra de la Niñez afirmó que se realizarán al menos siete reuniones más, con varios representantes de padres de colegios religiosos, de la Conferencia Episcopal Paraguaya y otros sectores sociales involucrados en la problemática.
El objetivo es aclarar todas las dudas y elaborar un plan en conjunto con todos los representantes del sector social. Actualmente se sigue ejecutando el plan del Gobierno anterior y una vez que se logre consensuar un nuevo documento en las mesas de trabajo, será presentado para su aprobación y ejecución.
“Nosotros no entendemos por qué esa reacción en este momento…que se instale el asunto con tanto odio, no es una revisión técnica la que quieren hacer algunos grupos. Aunque ahora sí hay algunos padres genuinamente preocupados que quieren participar en las mesas de trabajo”, expresó la ministra de la Niñez.
Martínez recalcó finalmente que este plan es simplemente una guía de trabajo y no tiene fuerza legal para instalar la “ideología de género “, el aborto ni nuevas mallas curriculares.
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