Pa’i Oliva quiere pasar sus últimos días en el Bañado

El sacerdote jesuita Francisco Oliva, una de las figuras religiosas más emblemáticas de Paraguay, expresó su deseo de pasar sus días finales en la comunidad a la que dedicó décadas de lucha solidaria: el Bañado Sur.

El sacerdote jesuita Francisco Oliva.
audima

El padre Francisco Oliva, de 92 años de edad, se encuentra bajo cuidado médico en Taita Róga, la enfermería de la Compañía de Jesús en Asunción, pero conocidos y familiares del emblemático sacerdote señalan que el deseo del religioso es pasar sus últimos días en los Bañados en los que trabajó durante gran parte de su vida para mejorar las condiciones de vida de los pobladores de esa zona de la capital.

“Siempre pidió terminar sus días en el Bañado Sur donde está su obra Mil Solidarios”, comentó la historiadora Margarita Durán, amiga del padre Oliva.

La salud de Oliva se deterioró notablemente en septiembre, cuando la Compañía de Jesús anunció que el religioso se encontraba en estado delicado, por lo que pasó a estar bajo cuidado en la enfermería de la congregación.

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Pilar Oliva, sobrina del sacerdote radicada en Huelva, España, remitió una carta al superior provincial jesuita en Paraguay, el padre Ireneo Valdez, solicitando que ese deseo se cumpla.

“Durante 60 años (…) el Pa’í ha consagrado su vida a los más pobres; con ellos ha elegido vivir y junto a ellos desearía ahora morir”, reza el texto, que explica que esa voluntad ha sido expresada por el padre Oliva de forma constante a amigos y familiares, “en plena consciencia y lucidez”, en particular durante los últimos meses en los que su salud ha ido deteriorándose.

“Oliva no está solicitando ningún cuidado complementario o circunstancia especial que pueda ser gravosa o compleja de conceder. Tan solo anhela, con todo su corazón, morir allí donde está su lugar de misión”, agrega el escrito.

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Margarita Durán comentó que el padre Oliva “se resiste a no estar con los suyos”. ABC intentó conocer la versión de la Compañía de Jesús en Paraguay, sin éxito.

Nacido en Sevilla, España, en 1928, el padre Francisco Oliva llegó a Paraguay en 1964, a los 35 años, para comenzar su labor religiosa, aunque se vio obligado a dejar el país en 1969 debido a la persecución a la que fue sometido por la dictadura de Alfredo Stroessner.

Regresó a Paraguay en 1995 y desde entonces dedicó su vida a la lucha por los derechos de las personas más pobres.

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