Robert Marín Sosa, padre del joven Fabián, quien fue asesinado en el barrio San Pablo esta semana, conversó con ABC Cardinal. Señaló que el crimen fue premeditado, ya que existen elementos llamativos, como la insistencia con que se solicitó la presencia de Fabián a través de llamadas.
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Fabián regresó a su casa del gimnasio con su pareja y, tras la marcha de la joven, se acostó a dormir. Luego, empezó a recibir llamadas de forma insistente para asistir al sitio donde ocurrió el crimen, contó el padre.
“Mi hijo le dijo a la novia: ‘Voy a salir un rato, demasiado me insisten’, o algo así”, expresó. La pareja del fallecido cuenta con los mensajes y audios en su teléfono móvil, que serían presentados como evidencias.
Digno Segovia, quien se encontraba con Fabián dentro del vehículo cuando recibió los disparos, fue quien realizó “insistentemente” las llamadas y habría ido a buscar al joven de su vivienda, asegura el padre. “Este supuesto amigo, porque yo no lo conozco, también está complicado. Le quiso quitar de la casa”, sostuvo.
Marín Sosa, siguiendo su línea de presunción, indicó que, “llamativamente, al llegar al sitio donde ocurrió el asesinato posteriormente, ya se encontraba la camioneta blanca que pertenecería al imputado Gregorio “Papo” Morales.
Negó que su hijo haya sido quien le proveía de drogas a Papo Morales. Además, aseveró que Fabián no conocía al presunto autor, pero sí a la pareja, Cynthia Burgos, con quien tendría un vínculo amistoso.
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Papo Morales eludió la reclusión tras haber sometido a un peón de estancia. Al respecto, el padre de Fabián señaló que la justicia paraguaya “está prostituida”, pero que aún tiene esperanzas. Asimismo, espera que el imputado sea encarcelado, ya que si queda en libertad “va a enlutar a otra familia”.
El padre lamentó la partida de su hijo y contó que Fabián estaba organizando su festejo de cumpleaños.
Papo Morales, imputado pese a “excusas”
El fiscal de la causa, Hernán Galeano, decidió imputar a Gregorio “Papo” Morales por homicidio doloso en grado de autoría, pese a que su defensa alegó que padecía neumonía, abstinencia a la cocaína y párkinson. Roberto Fabián Marín, de 23 años, fue asesinado en plena vía pública el pasado lunes por la noche.