Este domingo, durante la misa en la Basílica de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela habló sobre la decisión tomada por las autoridades religiosas la semana pasada con respecto a que las celebraciones litúrgicas del 8 de diciembre, día de la Virgen de Caacupé, que habitualmente llevan a miles de personas a peregrinar a esa ciudad, se hagan a puertas cerradas para prevenir contagios de COVID-19.
En su homilía durante la celebración religiosa de este domingo, el obispo Valenzuela pidió a los fieles comprensión e instó a los mismos a seguir las celebraciones del 8 de diciembre desde sus casas.
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“No podríamos de ninguna manera permitir que nuestro santuario se convierta en un centro o un foco de contagio para el país”, argumentó el obispo.
“La Virgen nos pide quedarnos en casa y desde allí seguir toda la fiesta en su honor (...) Este año queremos decir que todo Paraguay es Caacupé”, agregó, de acuerdo al reporte de la corresponsal Desiré Cabrera.
Originalmente, las autoridades civiles y religiosas del país acordaron un protocolo para las fiestas de Caacupé que contemplaba misas a cielo abierto y con presencia de público, pero limitando la asistencia a unas mil personas, con agendamiento y estableciendo controles en los puntos de acceso a Caacupé, entre otras restricciones.
Sin embargo, la semana pasada, la Iglesia tomó la decisión de realizar las celebraciones a puertas cerradas y sin público.
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“No solo se peregrina a pie o con viajes físicos, también se peregrina con la mente y el corazón”, insistió monseñor. “Este diciembre les pedimos que (…) hagan esta peregrinación a través del corazón y sigan la retransmisión de las celebraciones a través de los medios de comunicación, porque si todos seguimos las prescripciones de las autoridades como buenos ciudadanos, esto ayudará a poner fin a esta pandemia”.
Según los datos más recientes del Ministerio de Salud Pública, 1.479 personas han fallecido a causa del COVID-19 en Paraguay y se han registrado casi 67.000 casos confirmados de la enfermedad en el país.